La nueva Ley de Costas: un despropósito a la protección del litoral español

La nueva Ley de Costas: un despropósito a la protección del litoral español

Esta nueva ley permite el uso comercial, de restauración y la celebración de casi todo tipo de eventos de ocio y lúdicos. Esto será un agravante para la alteración e impacto en estas zonas, que además se ven reducidas en el espacio, ya que se ha disminuido su zona de protección de los 100 a los 20 metros.

Las buenas condiciones climáticas de nuestro país durante buena parte del año, unido al atractivo de nuestro litoral, lo ha sometido desde hace años a una fuerte presión urbanística, turística y de intervenciones humanas que lo han ido degradando en buena parte que desde los años 50 y 60 del pasado siglo nuestro país se abriera al turismo bajo el lema Spain is different.

Por supuesto no debe olvidarse la gran aportación económica y de revitalización que el turismo ejerce sobre nuestro PIB y que ofrece miles de puesto de trabajo a lo largo de todo el año, especialmente en los meses estivales. En localizaciones puntuales y bien gestionadas, además, ha permitido recaudar el suficiente dinero para preservar, restaurar y conservar nuestra riqueza natural, cultural y patrimonial.

La ordenación, control y regulación de nuestras cosas llegó a su máximo exponente con la Ley de Costas de 1988. Pese a que delimitó sólo ciertos usos y espacios, es una Ley mucho más sostenible y avanzada que la que ahora se propone; la Ley de Protección y Uso Sostenible del Litoral y de modificación de la Ley de Costas. Mientras la primera presentaba concesiones sólo hasta 2018 (por 30 años), la nueva modificación otorgará concesiones de 75 años más, lo cual permitirá privatizar y desproteger estos espacios.

Según los datos del propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) la nueva norma perdura en el tiempo las concesiones de más de 23.000 espacios no residenciales, más de 1.700 instalaciones industriales y más de 3.000 chiringuitos entre restaurantes y quioscos.

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Gandía. Construcciones sobre el litoral en zona de inundación. Foto: Jonathan Gómez Cantero.

Esta nueva ley permite el uso comercial, de restauración y la celebración de casi todo tipo de eventos de ocio y lúdicos. Esto será un agravante para la alteración e impacto en estas zonas, que además se ven reducidas en el espacio, ya que se ha disminuido su zona de protección de los 100 a los 20 metros.

Tampoco se ha prestado atención al cambio climático y a los riesgos naturales en la nueva Ley. Ante el previsible aumento del nivel del mar y de los extremos climáticos, con el agravante de la ocupación de espacios de riesgo, no serán descartables en el futuro problemas de inundación y erosión que hagan peligrar los bienes y las personas.

Todos estos hechos han alertado a multitud de asociaciones ecologistas como Greenpeace, que intenta luchar por una buena conservación, así como a entidades profesionales como el Colegio Oficial de Geógrafos de España, que publicó un manifiesto en defensa y preservación del litoral.

Debemos aprovechar nuestros litorales y quizás incluso usarlos como imagen de nuestro país y su atractivo, pero sabiendo que su preservación y conservación es una riqueza patrimonial de por sí. Si se vende y construye es probable que no se vuelva a recuperar. No tener en cuenta los riesgos naturales puede llevar a cada vez mayores conflictos con la naturaleza.

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