Piscinas peligrosas para niños
No castiguemos a los peques y no nos castiguemos nosotros con las 2 ó 3 horas decimonónicas de abstinencia después de comer. En vez de prohibir al niño, tengamos una actitud más vigilante.
Somos muy aficionados en España a las prohibiciones cuando adivinamos un peligro y realmente no sabemos cómo atajarlo. Los niños se ahogan. Todos los años al principio del verano nos tenemos que enfrentar en los medios de comunicación con la triste y bárbara noticia de que un niño ha muerto en una piscina al descuido de sus padres.
Prohibido el baño en esa zona, prohibido el baño hasta dos horas después de comer, prohibido salpicar, prohibido zambullirse, prohibido flotadores en piscinas públicas... prohibido prohibir. Hoy sabemos que la muerte por accidente en las piscinas es la segunda causa de muerte en la infancia, sabemos que ocurre con más frecuencia en el primer día de baño porque el niño inquieto curiosea la nueva vivienda y acepta riesgos imprudentes, para él sólo exploración, como nos cuenta Manolo, mi alter ego de 11 meses de edad.
En vez de prohibir pongámonos a la tarea de prevenir.
Cúmplase la normativa de vallar las piscinas y téngase el sentido común de cerrar la puerta.
Enseñemos a nuestros hijos a nadar desde su más tierna infancia, matronatación o natación temprana, lo que sea, prima la seguridad. Así si se cae, sólo será un remojón, a lo más un catarro.
En vez de prohibir al niño, tengamos una actitud más vigilante si es que algunas de las medidas no están presentes, identificando los riesgos nada más entrar en un recinto con agua.
No castiguemos a los peques y no nos castiguemos nosotros con las 2 ó 3 horas decimonónicas de abstinencia después de comer. La hidrocución que es como debería llamarse al corte de digestión, no se produce porque se interrumpa la digestión, sino por un shock circulatorio al sufrir el cambio brusco de temperatura. Pueden haber pasado 3 ó 4 horas, si el niño está sofocado por correr y jugar y entra de golpe en agua fría puede sufrir un grave accidente.
¿Cómo prevenir los ahogamientos? Utilizando el sentido común. Uso de vallas de seguridad que mucha gente pone para que no se caiga el perro y si no tenemos perro se nos olvidan los nietos y sobrinos cuando vienen de visita.
Control, no prohibición sobre los niños, los pequeños que gatean también pueden llegar.
Aprender a nadar igual que se aprende a caminar. En nuestro medio, los deportes y diversión de agua son tan populares como el correr.
No hace falta mucha agua para que un bebé se ahogue.
No comer excesivamente y luego bañarse y por favor no os castiguéis teniendo que oír durante dos horas. ¿Ya me puedo bañar? ¿Ya es la hora? ¿Ya papá? ¿Ya mamá?