No recorte Sra. ministra, invierta en salud infantil, es un gran negocio
Estos recortes en sanidad y prevención nos llevarán dos generaciones atrás, logros conseguidos pasarán al olvido como una época de burbuja sanitaria donde vivimos por encima de nuestras posibilidades.
Dos hitos marcan esta semana mi reflexión: la primera, el paso por España en estos días de Ciro de Quadros. Múltiples entrevistas en los medios de comunicación para el científico investigador y epidemiólogo, experto en campañas de vacunación, que vino a recoger un premio a nuestro país. Esto de recoger premios independientemente de si son el nobel o es una chapa, sirven para dar a conocer al gran público personajes que intervinieron de una manera fundamental y exitosa en el devenir de nuestra evolución. Debemos poner en su haber la colaboración decisiva en la erradicación de la viruela y la práctica desaparición de otras enfermedades infantiles como la polio y el sarampión, gracias a campañas de vacunación correctamente dirigidas y estratégicamente llevadas a cabo.
Su mensaje principal, escuchado y leído en los medios estos días, ha sido: "Invertir en salud es contribuir al desarrollo". Un mensaje que no se corresponde con los aires de recortes en los que vivimos.
Y por otra parte, las desafortunadas declaraciones de la ministra Ana Mato, donde dice que quitarán medicamentos para sustituirlos por bebedizos chamánicos. Hacer pagar a los más desfavorecidos por sus medicaciones y retirar prestaciones es sin duda un paso atrás en nuestro desarrollo. Estos recortes en sanidad y prevención nos llevarán dos generaciones atrás, logros conseguidos pasarán al olvido como una época de burbuja sanitaria donde vivimos por encima de nuestras posibilidades. Es este un mensaje mezquino y ruin, cegado totalmente por la ignorancia de los gestores asesorados por el dinero y su beneficio a corto plazo.
Retirar la financiación a una vacuna contra la meningitis por neumococo, como se va a hacer en Madrid, puede ahorrar unos dineros, pero los volveremos a gastar duplicados en terapias hospitalarias caras, UCIs, días de encamado, secuelas que rehabilitar, dramas familiares, etc... Una meningitis genera más gasto, si el niño o niña sobrevive, que una vacuna que la prevenga, sin contar los llamados daños morales irreparables.
No sé quien asesora al Ministerio o a la Comunidad de Madrid en materia de vacunas y de prevención en enfermedades infantiles, pero está claro que no es el raciocinio, ni la evidencia científica. Más parecen los intereses cortoplacistas y miopes.
Mientras tanto nos debatimos entre los 19 calendarios vacunales de nuestro país, una vergüenza que arrastramos sin una solución de momento. La propuesta de hacer un calendario de mínimos y eliminar las mejoras alcanzadas se queda corto, muy corto y cicatero. Una inversión adecuada en vacunas que evitan enfermedades caras es invertir en un negocio seguro: la salud y el desarrollo de la población.
Si se confirma la lista de medicamentos que salen de financiación como parece, hágase, estamos de acuerdo, modérese el gasto en farmacia, pero no se haga recaer el pago sobre los que no tienen. Si quitamos los analgésicos u otros medicamentos solo por ser baratos puede parecer intrascendente pero a los pobres les duele la cabeza también y serán otros dos euros de los que no dispondrán si quieren aliviar su dolor. Si quieren ahorrar en gasto farmacéutico, se puede acudir a la evidencia científica y quitar medicamentos inútiles y caros que se siguen financiando por pagar cuentas con la industria farmacéutica o sólo por la inercia.
En pediatría son pocos los medicamentos que usamos pero me voy a permitir dar unas ideas.
Se elimanarán de financiación todos aquellos medicamentos de baja utilidad terapéutica que no dan sino problemas, sin ningún uso razonable. Mucolíticos, expectorantes, antitusivos, fluidificantes y toda una batería de jarabes y potingues que como única función tienen estropear el estómago de los peques.
En el caso de las leches hidrolizadas, leches especiales para niños con alergias e intolerancias a la leche de vaca. Es verdad que son muy caras, pero no hay por qué ponerlas a coste cero; póngase al mismo precio que la leche "normal" de la misma marca, que a la familia no le suponga coste extra la enfermedad de su hijo.
Medicamentos de utilidad más que dudosa que tienen una financiación superior (punto negro) y que si se pusieran a financiación normal simplemente desaparecerían, como los antagonistas de receptores de leucotrienos o algunas terapias de desensibilización a alergias con poco fundamento y evidencia.
Y si nos metemos en medicaciones de adultos, les puedo presentar a muchos médicos y farmacéuticos independientes, sin conflictos de intereses con la industria, que les hablarían de la más que dudosa utilidad de los sysadoa (fármacos de acción lenta para el tratamiento de la artrosis), de la multitud de medicamentos cada vez más caros que no aportan nada nuevo a los ya existentes. Todos los años sale un antihistamínico nuevo para la alergia primaveral, por ejemplo, cada vez más caro y siempre igual que el primero.
Seguro que ustedes pondrían un punto más. Les invito a añadirlo en los comentarios. ¿Hablamos del ingente gasto en la vacuna contra el papiloma, mal llamada contra el cáncer de cuello de utero? Una enfermedad casi rara en nuestro medio y en la que se invierte una millonada en una vacuna que todavía genera muchas dudas no de seguridad, sino de utilidad, y que llevará consigo una falsa protección haciendo que disminuya el cribado con citologías que sí que eran eficaces en la detección del cáncer de cuello de útero y otros problemas genitales de la mujer.
Al fin y al cabo una política errática y mal intencionada, donde se presiona a la atención primaria para que mande genéricos que ahorrarían un euro y se permite el registro de medicamentos cada vez más caros e inútiles.
No recuerdo en la última decada ningún medicamento realmente novedoso y que aporte nada nuevo a la farmacopea existente. ¿Lo conocen ustedes?
Si quiere quitar medicamentos inútiles, quítense, sea valiente, le podemos echar una mano a quitar alguno más, pero no los sustituya por nada; si no valen se quitan, pero no enturbie una acción que podía ser buena y deseada por los médicos, con una metedura de pata como financiar terapias alternativas. Pregúntenos, en atención primaria sabemos mucho de medicamentos, podemos ayudar.