Disputas en el Mar del Sur de China: alta tensión en Asia
Engullidos por la crisis del euro y el conflicto sirio, nuestros medios han pasado de puntillas por las tensiones que se están viviendo en el Mar del Sur de China. En especial desde el último año con incidentes navales esporádicos y escenas de tensión.
Engullidos por la crisis del euro y el conflicto sirio, nuestros medios han pasado de puntillas por las tensiones que se están viviendo en el Mar del Sur de China. En especial desde el último año con incidentes navales esporádicos y escenas de tensión.
Mapa de las disputas en el Mar del Sur de China. Fuente: Wikicommons
Para situar rápidamente al lector que no conozca la situación, en estas aguas colisionan los intereses de la República Popular de China con sus vecinos del sudeste asiático (Filipinas, Vietnam, Brunei, Malasia,...) por la soberanía sobre una serie de islas como las Spratley, o las Paracel. Si nos dejamos llevar por las apariencias, estos archipiélagos son poco más que grupos de pequeños islotes, prácticamente deshabitados -de hecho, en algunos sólo hay guarniciones militares-. Pero albergan importantes recursos como enormes reservas de hidrocarburos e importantes caladeros para la pesca. Este mapa interactivo ofrece una detallada información sobre la situación en la zona.
En los últimos meses, los incidentes han sido un encontronazo entre barcos chinos y filipinos en la zona también disputada de las islas Zhongsha. También han aumentado las tensiones entre Beijing y Hanoi por prospecciones petrolíferas en aguas vietnamitas reclamadas por China. International Crisis Group ha publicado recientemente un informe que culpa a todas las partes del aumento de la tensión por su actitud belicista, aunque considera el estallido de un conflicto generalizado como algo improbable. El problema sería más a largo plazo, si estas tensiones entran en una escalada peligrosa, tal y como han indicado autores como Robert D. Kaplan.
La conflictividad tiene sus raíces históricas, ya que en 1974 China y Vietnam del Sur se enfrentaron en una guerra que terminó con la ocupación de las islas Paracel por parte de la República Popular. Pese a que en su momento, Hanoi apoyó la postura de Beijing, que reclamaba derechos remontándose a la época previa a la colonización francesa de Indochina. Por su parte, otros países como Filipinas esgrimen razones geográficas para legitimarse.
Barco de guerra de la República Popular de China. Fuente: Wikicommons
Hoy en día, los países siguen enseñándose los dientes continuamente. China anunció la semana pasada el envío de tropas a las islas en disputa con Vietnam. Por su parte, Filipinas ha anunciado la adquisición de aviones y helicópteros de combate. Mientras que Hanoi ha optado por estrechar la colaboración militar con India, el gran rival asiático de Beijing, en el Mar del Sur de China.
En el frente diplomático también se ha desarrollado una intensa actividad. China quiere solucionar los conflictos de manera bilateral, así puede hacer valer su mayor peso e influencia, frente a unos vecinos más débiles. Los otros países intentan buscar un acuerdo conjunto sobre las disputas, como se ha visto en la reciente cumbre de la ASEAN, celebrada en Camboya. Aunque no se llegó a un consenso de todos los países por las presiones diplomáticas chinas.
Posiciones de las islas disputadas de las Paracel y Spratley. Fuente: Wikicommons
Estados Unidos no podía faltar en la fiesta, y apoya la postura de los estados del sudeste asiático frente a la actitud más agresiva de Beijing. La postura de Washintgon es evitar una confrontación armada en la zona, y defender la libertad de navegación en una zona muy sensible para la economía del planeta.
Como ya he dicho un conflicto a gran escala en el futuro inmediato parece poco probable. Las aguas del mar del Sur de China son claves para el comercio mundial. Por ellas navega la mitad del tráfico mundial de mercancías, y es el punto de paso de hidrocarburos para las economías pujantes de Asia. Beijing también mantiene un contencioso con Japón por otros archipiélagos. En cualquier caso, la República Popular de China se juega su imagen de gran potencia, si apuesta por el ascenso pacífico o si finalmente se deja llevar por actitudes agresivas y opta por la fuerza.