La muerte de Li Wenliang provoca una ola de indignación en China y fuerza al gobierno a abrir una investigación
Su fallecimiento desata algo insólito en territorio chino: las redes sociales se llenan de mensajes de elogios a su persona y críticas a las autoridades.
Primero había muerto y luego no: el miércoles China estuvo en vilo ante lo que había pasado con el que ya es llamado el héroe de Wuhan. Finalmente, las autoridades del país se vieron obligadas a confirmar la muerte del doctor Li Wenliang, el médico que alertó antes que nadie sobre los riesgos y la amenaza que suponía el coronavirus. Intentaron silenciarle, pero ahora, con su muerte, víctima del brote, ha sucedido algo insólito en China: la oleada de rabia e indignación sobre cómo se ha gestionado su caso ha obligado al Gobierno a abrir una investigación. Además, algo poco habitual en el país: las redes se han llegado de mensajes de apoyo al médico y repulsa a las autoridades.
Li murió este jueves en el hospital de Wuhan, en el que trabajaba como oftalmólogo, tras haberse contagiado de la enfermedad que ya se ha cobrado 636 muertes. A finales de diciembre, Li tomó la iniciativa y alertó a sus familiares y amigos de lo que suponía era un rebrote del SARS, consciente de que era una nueva versión de aquel coronavirus que en el año 2003 se cobró la vida de 900 muertes. Su alerta se terminó volviendo viral, lo que generó que el pasado 3 de enero, Li y otras ocho personas que también habían alertado de la amenaza del brote, fueron llevados a la Policía a firmar una declaración en la que se declaraban culpables de “diseminar información falsa en internet” y prometían no volver a hacerlo.
La peor de las noticias sobre el médico saltaba el pasado jueves: Li había muerto víctima del coronavirus. Tras unas horas de confusión y rumores, en las que incluso se habló de que no había fallecido, finalmente, confirmado que sí, las redes sociales chinas se llenaron de mensajes de elogio al médico y de dolor por su muerte. En el portal What’s on Weibo, especializado en esa red de ‘microblogs’, rápidamente se convirtieron en Trendic Topic :“El gobierno de Wuhan le debe al Dr. Li Wenliang sus disculpas” y “Queremos libertad de expresión”. Pero automáticamente los dos fueron censurados, según ha podido comprobar la cadena BBC.
Pero los mensajes siguieron: “Encendamos una vela y rindamos homenaje al héroe”, “Era un rayo de luz en la oscuridad de la noche”, decían los usuarios. Uno de los mensajes más difundidos es una frase del propio Li, pronunciada en una entrevista cuando ya estaba enfermo: “Creo que debería haber más de una voz en una sociedad sana, y no veo con buenos ojos que se utilice el poder público para interferir de forma excesiva”. Incluso medios tradicionales chinos han calificado a Li como un “héroe que quería contar la verdad”. Los usuarios respondieron utilizando como protesta la etiqueta ‘¿Te puedes hacer cargo? ¿Lo entiendes?’, frases empleadas por la Policía de Wuhan en el documento que obligaron a Li a firmar en enero.
Consciente de los retos, el profesor Zhan Jian, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, pedía una ley específica para proteger a quienes, como Li, hacen denuncias y advierten al público. “Protegería a las personas que tienen el sentido interior de lo que está bien y está mal sobre contar verdades al público, y revelar la verdad”.
El cambio en la prensa oficial
La prensa oficial había informado a principios de enero de la acción policial contra ocho personas que ‘diseminaban rumores’ en Wuhan cuando la crisis todavía era un pequeño brote de una neumonía de origen desconocido que estaba relacionado con un mercado de pescado y marisco -en el que, según se reveló más tarde, también se vendían animales salvajes de forma ilegal-.
No obstante, en las últimas semanas, había cambiado su discurso y trataba a Li de forma elogiosa, al igual que las instituciones: el mismísimo Tribunal Supremo publicó un artículo en el que aseveraba que ‘habría sido afortunado si la gente hubiera creído esos ‘rumores’, y empezado a llevar máscaras y a tomar medidas de desinfección, así como a evitar el mercado de animales’.
También el epidemiólogo jefe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, Zeng Guang, dijo recientemente: “Mirando atrás, deberíamos elogiarlos mucho. Fueron sabios ante el brote”.
Según los últimos datos oficiales, el número de fallecidos por el coronavirus en China asciende a 636, mientras que el de casos confirmados se sitúa en más de 31.000 en el país asiático