¿Por qué dejo la portavocía de UPYD?
Hace unos días comuniqué a los afiliados y después a los medios de comunicación mi decisión de dejar de ser el portavoz nacional y de ser miembro del consejo de dirección de UPYD a partir del Congreso ordinario que celebraremos los días 28 y 29 del presente mes
Gorka Maneiro, ex portavoz de UPyD.
Hace unos días comuniqué a los afiliados y después a los medios de comunicación mi decisión de dejar de ser el portavoz nacional y de ser miembro del consejo de dirección de UPYD a partir del Congreso ordinario que celebraremos los días 28 y 29 del presente mes. Dado que otros lo hicieron antes, comprendo que hubiera afiliados que, sobre todo inicialmente, dieran por hecho que tal decisión venía aparejada a mi baja del partido, pero en esto también seré diferente: a partir de febrero, seré un militante de base más y estaré a disposición del consejo de dirección que salga elegido... siempre y cuando el objetivo sea mejorar España y servir a los españoles. Y seré militante de UPYD en tanto y cuanto UPYD no deje de ser cosa diferente de lo que siempre ha sido, e independientemente del tamaño o estado de salud en el que se encuentre. O sea, que a las duras y a las maduras mientras el ideario básico se mantenga, más allá de la lógica evolución política que pudiera producirse. Quizás haya quien considere que después de ser máximo responsable sólo toca darse de baja... pero yo creo que ser un afiliado como cualquier otro es lo que realmente corresponde.
Me afilié a UPYD el mismo día en que el partido se presentó en Madrid, es decir, el 29 de septiembre de 2007, y desarrollé durante el primer año distintas labores organizativas y políticas en Euskadi. Desde marzo de 2009 hasta octubre de 2016 fui diputado en el Parlamento Vasco, desarrollando UPYD durante esas dos legislaturas una labor reconocida por todos como histórica e incluso irrepetible: ahí queda nuestra oposición a todos los recortes sociales, nuestra denuncia del Concierto Económico, nuestra defensa de la libertad lingüística, nuestra propuesta para reformar el absurdo entramado institucional vasco, nuestra oposición al nacionalismo y al terrorismo, nuestra denuncia de todas las corruptelas y de todas las injusticias, nuestra defensa de la igualdad... o nuestro voto decisivo para que se aprobara una Ley de Custodia Compartida o la Ley de Vivienda. Gracias a nuestra presencia allí, se plantearon en la Cámara vasca debates que nunca antes nadie osó plantear... y me temo que no volverán a oírse mientras no regresemos nosotros o alguno que se comporte como nosotros. Es de lo que me siento más orgulloso en todos estos años: en el fondo, se trata de allí donde uno esté, hacer el trabajo de la mejor manera posible.
Desde 2009 formo parte del Consejo de Dirección de UPYD y desde el 16 de enero de 2016 soy el portavoz nacional: primero lo fui de la gestora que se constituyó tras la dimisión de Herzog y después del CD elegido en el inolvidable Congreso Extraordinario que celebramos el 2 de Abril en Madrid. Son ya bastantes años y, en el último año y medio, como sabéis, han ocurrido muchas cosas. Y por ello decido no presentarme. Recordar todo es imposible pero es imposible no recordar (y denunciar) que ya desde los inicios de mi liderazgo, allá por el mes de febrero, se lanzaron dos acusaciones (insidias) absurdas contra mi persona: una, que defendí el mantenimiento del partido en lugar de su disolución porque simplemente quería seguir siendo parlamentario vasco... de lo cual se deduciría que algunos de quienes impulsaron el partido no aspiraban a cargo institucional de ningún tipo; y dos, que tenía un acuerdo cerrado con Ciudadanos para presentarnos conjuntamente a las elecciones vascas y un servidor como candidato por Álava. En aquellas semanas todo valía contra quien había sido un leal representante magenta desde sus inicios... pero, en fin, hoy tengo la suerte, consecuencia de mis actos, de que mi honestidad no está en cuestión y allá adonde voy me reciben maravillosamente.
2016 ha sido un año muy intenso, seguramente el más intenso de mi vida. He aprendido muchísimo de política... pero sobre todo de la condición humana. Tras mi elección como portavoz del consejo de dirección, trabajamos con ilusión e intensidad, superando inicialmente situaciones que eran muy complicadas y haciendo frente a retos que parecían imposibles. Sin embargo, a pesar de todo nuestro esfuerzo y el de todos los afiliados de UPYD, no conseguimos volver al Congreso de los Diputados y, apenas dos meses después, tras un mes de agosto que no se lo deseo ni a mis peores enemigos, decidimos no presentarnos a las Elecciones Autonómicas vascas. Aunque lo decidí después, creo que los hechos ocurridos durante el mes de agosto fueron los determinantes: otra vez el bulo de Ciudadanos, incluida supuesta reunión secreta con Fernando Savater y Albert Rivera en San Sebastián, sin que todavía quienes fomentaron el acoso y derribo hayan pedido perdón por ello. Y hubo incluso una persona muy favorable a un pacto con Ciudadanos (opción legítima y perfectamente respetable, sin duda) que dijo por aquellos días que dimitía porque yo me había reunido con Rivera, cosa que sabía falsa. Cosas que pasan y tal... y que pude superar gracias a tener la inmensa suerte de haber estado también acompañado por personas extraordinarias.
Más allá de que me sienta orgulloso del trabajo político desarrollado y de mi (y nuestra) labor siempre honesta, asumo todos los errores cometidos durante todos estos años en los diferentes puestos de responsabilidad que he ocupado. Y especialmente los cometidos durante 2016. No rehuyo esa asunción de responsabilidades y también por ello decido no presentarme.
Ahora, es mejor para todos que yo deje de ser el portavoz nacional de UPYD y deje de estar en la dirección del partido: esto me dará más libertad de movimientos y por ello seré más útil. Obviamente, no dejo la política activa sino que me reafirmo en ella. Y sigo en UPYD. Los ciudadanos comprometidos nunca renunciamos a nuestras ideas ni a presentar nuevas propuestas e ideas que sirvan para mejorar el país donde vivimos y la vida de la gente. Es a lo que me dedicaré en cuerpo y alma. España tiene los mismos problemas que tenía cuando nació UPYD y millones de españoles no reciben la respuesta que merecen por parte de los principales partidos políticos. Tanto los viejos como los nuevos partidos han defraudado a millones de conciudadanos. El panorama político puede cambiar profundamente y 2017 va a ser apasionante. Y yo, humildemente, seguiré trabajando por España y por los españoles.