Vivir en este acogedor barrio es posible por 1 euro al año si cumples unos requisitos
Fundado hace más de 500 años por el magnate Jakob Fugger, combina caridad y fe religiosa, y es también un atractivo turístico.
En un contexto social en el que la vivienda es una de las principales preocupaciones en España, y en otros muchos lugares del mundo, con precios que no paran de aumentar, aún permanece un lugar donde es posible vivir por menos de un euro al año: el barrio de Fuggerei, en Augsburgo, Alemania.
Este barrio alberga el proyecto de vivienda social más antiguo del mundo y ofrece viviendas con un alquiler simbólico anual de sólo 0,88 euros, según señala el medio Executive Digest. Fundado hace más de 500 años, en 1521, por el magnate Jakob Fugger, este barrio combina caridad y fe religiosa, y es también un atractivo turístico.
Jakob Fugger, considerado uno de los hombres más ricos de la historia y pionero financiero, creó Fuggerei para apoyar a los más necesitados, garantizando al mismo tiempo oraciones por la salvación de su alma. Inspirado por sus profundas convicciones católicas, el magnate determinó condiciones específicas para los futuros residentes del barrio, que se mantienen inalteradas hasta el día de hoy.
Así, para convertirse en residente de Fuggerei hay que cumplir lo siguientes requisitos:
- Haber vivido en Augsburgo durante al menos dos años.
- Estar necesitado, pero sin deudas.
- Ser católico y rezar tres veces al día por el alma de Jakob Fugger.
El precio simbólico anual equivale a un florín renano, valor estipulado en el siglo XVI, que se mantiene gracias a una fundación creada por el propio Fugger. Aunque con el timpo la familia Fugger ha enfrentado pérdidas económicas en algunos sectores, los ingresos provenientes de inversiones estratégicas, como los bosques adquiridos en el siglo XVII, aseguran el mantenimiento del barrio. Estos fondos permiten que el modelo de vivienda social de Fuggerei siga funcionando.
Actualmente, alrededor de 150 personas viven en este barrio, que conserva su identidad histórica con casas características y tradiciones inmutables. A pesar de su función social, el barrio también se ha convertido en punto de interés turístico. Los visitantes pueden recorrer las calles y conocer su fascinante historia por 6,50 euros, un precio que, curiosamente, es más de siete veces el coste anual del alquiler para un residente.