Un estado petrolero estrangula los ingresos de Putin
Los movimientos en el mercado del crudo amenazan con complicar aún más la financiación de la guerra en Ucrania.
La maquinaria económica que sustenta la financiación de Rusia para la guerra en Ucrania podría estar a punto de recibir un duro golpe. Según el diario alemán Frankfurter Rundschau, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, Arabia Saudita, ha anunciado su intención de aumentar la producción de crudo, una medida que podría asestar un golpe devastador a las finanzas de la presidencia de Vladimir Putin, cuyo gobierno depende en una gran medida de los ingresos que genera el sector energético.
El mercado global del petróleo ha sido inestable en los últimos meses, y la demanda no ha sido tan alta como Arabia Saudita esperaba. Según Ajay Parmar, director de análisis del mercado petrolero de ICIS, el reino necesita un precio de petróleo que se acerque a los 100 dólares por barril si quiere equilibrar su presupuesto. Sin embargo, el precio actual del crudo Brent, el de referencia en Europa, ronda los 77 dólares por barril, una cifra que no satisface las expectativas saudíes.
Una ruptura en la alianza OPEC+
En los últimos años, Arabia Saudita y otros países de la OPEC+, incluido Rusia, acordaron recortar la producción de petróleo para mantener los precios elevados. Sin embargo, Riad ha sido quien ha soportado el mayor peso de estos recortes, reduciendo su producción en dos millones de barriles diarios, un tercio del total de los recortes de la alianza. Ahora, según diversas fuentes, la paciencia saudí se está agotando.
"Algunos productores, como Rusia, han estado incumpliendo sus cuotas, lo que ha impedido que los precios del crudo suban a los niveles deseados", asegura Parmar. Ante esta situación, Arabia Saudita planea aumentar su producción para proteger sus ingresos y su cuota de mercado, lo que amenaza con desestabilizar aún más los precios.
Impacto directo en la economía rusa
Para Rusia, que ha logrado sortear las sanciones internacionales exportando petróleo, la decisión de Arabia Saudita representa una amenaza directa. Si los precios del petróleo caen aún más, el impacto en las arcas rusas será considerable. La economista Alexandra Prokopenko calcula que una caída de 20 dólares en el precio del barril reduciría los ingresos rusos en aproximadamente 20.000 millones de dólares, lo que equivaldría a un 1% del PIB ruso.
Putin se enfrenta a un dilema: recortar gastos cuando se está haciendo frente a una guerra en activo es prácticamente inviable, lo que dejaría a Rusia en una situación económica aún más precaria, con una mayor inflación y tipos de interés insostenibles.
Los ingresos por petróleo y gas son cruciales para el presupuesto ruso, especialmente en tiempos de guerra. Según el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, en 2025 se espera que estos sectores aporten el 27% de los ingresos del Estado. Sin embargo, las previsiones a largo plazo no son optimistas. Si Arabia Saudita sigue adelante con sus planes, las cuentas de Rusia podrían verse gravemente afectadas, poniendo en riesgo la capacidad de Putin para sostener su economía y su guerra en Ucrania.