La postura de Hungría en la guerra entre Ucrania y Rusia siempre ha sido más ambigua que la del resto de países de la UE. Y es que, a diferencia de los demás, no ha mostrado un apoyo claro al país presidido por Volodimir Zelenski.
De hecho, ningún representante de Hungría acudió a la cumbre de la OTAN celebrada en Suiza el pasado mes de julio para hablar sobre el apoyo a Ucrania en el conflicto. "Hungría ha dejado claro en las negociaciones de hoy que no quiere bloquear decisiones de la OTAN que, a pesar de diferir de la postura húngara, son apoyadas por los otros países miembros", aseguró en aquel momento el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Ahora, Gergely Gulyás, jefe del Estado Mayor del primer ministro húngaro ha pedido a Ucrania que frene los ataques en territorio ruso. "Ucrania ya no se limita a defenderse, sino que pasa a la ofensiva. Queremos un alto el fuego y la paz", ha afirmado en declaraciones recogidas por Pravda.
Inquietud por el transporte de petróleo y gas rusos
Por otra parte, Gulyás ha recordado a Rusia y Ucrania que también son responsables de la seguridad energética de Europa, en referencia al transporte de petróleo y gas rusos a través del territorio ucraniano. Por ello, el gobierno húngaro aboga por una "tregua" y un "alto el fuego", mostrándose reacio a prestar asistencia militar a Ucrania.
"Hungría y Eslovaquia han iniciado un proceso de consultas con la UE contra Ucrania por interrumpir el suministro de petróleo", señaló hace ya un mes el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó.
"La interrupción de los envíos de Lukoil, que proporciona una parte significativa de las importaciones de petróleo húngaras y eslovacas, amenaza el suministro energético", añadió antes de calificar esta decisión como "inaceptable e incomprensible por parte de un país que aspira a entrar en la UE".