Un juez luso ordena la libertad de los detenidos del caso de corrupción que salpicó a Costa
Mientras dimite el ministro de Infraestructuras, también bajo sospecha, el exministro Pedro Nuno Santos se postula para liderar a los socialistas portugueses.
El juez Nuno Dias ordenó ayer tarde la libertad de todos los implicados en el caso de corrupción que ha llevado a la dimisión del primer ministro de Portugal, António Costa, de los que cinco estaban detenidos.
De esta forma quedan en libertad el jefe de gabinete de Costa, Vítor Escaria, y el consultor Diogo Lacerda Machado, amigo del primer ministro dimisionario, para los que la Fiscalía había pedido la prisión preventiva.
Pese a disponer su liberación, el magistrado prohibió la salida del país de ambos, que tienen que entregar el pasaporte en 24 horas, y resolvió que Lacerda Machado pague 150.000 euros de fianza.
Para el resto de detenidos, el alcalde de la localidad de Sines, Nuno Mascarenhas, y los dos administradores de la sociedad Start Campus, Rui de Oliveira Neves y Alfonso Salema, el juez estableció que no están vinculados al caso de corrupción, sino al tráfico de influencias.
En consecuencia, únicamente dispuso que sigan en el régimen denominado "Término de Identidad y Residencia", que básicamente consiste en que informen del lugar donde viven, del que no pueden ausentarse durante más de cinco días sin notificarlo a las autoridades, y de comparecer cuando sean requeridos. En paralelo, el magistrado ha solicitado el pago de una fianza de 600.000 euros por parte de la empresa Start Campus.
Los cinco fueron detenidos el martes pasado en el marco de una operación anunciada ese día por la Fiscalía de Portugal, en la que se registraron 42 lugares, y en la que se ha visto implicado Costa.
En total, incluidos los cinco puestos en libertad, hay nueve "arguidos" (sospechosos formales, figura previa a la acusación) en esta causa, entre los que figuran el ministro de Infraestructuras luso, João Galamba, el presidente da Agencia Portuguesa de Ambiente, Nuno Lacasta; y el abogado y exportavoz del Partido Sociailsta João Tiago Silveira, así como la compañía Start Campus. Precisamente, este lunes Galamba presentó la dimisión a Costa.
"Presenté esta solicitud de dimisión tras una profunda reflexión personal y familiar, y por considerar en calidad de padre y marido que esta decisión es la única posible para garantizar la tranquilidad y la discreción a la que mi familia tiene derecho inequívocamente", dijo Galamba en un comunicado.
El meollo de la investigación
La investigación de la Fiscalía se centra en las concesiones de explotación de litio en las minas de Romano y Barroso (norte del país), un proyecto para la construcción de un centro de datos, desarrollado por Start Campus, y otro de una central de producción de energía con hidrógeno, ambos en Sines.
Todavía no se sabe bien cuál es el alcance de la presunta implicación de Costa, aunque la Fiscalía portuguesa indicó que varios sospechosos han hablado de su supuesta involucración en el caso por "desbloquear procedimientos".
Tras conocerse la investigación, Costa presentó la dimisión, pero aseguró que no ha cometido ningún acto ilícito.
El problema de la sucesión
A la espera de las elecciones de marzo, el diputado y exministro de Infraestructuras luso Pedro Nuno Santos ha presentado también su candidatura a secretario general del Partido Socialista (PS) de Portugal para suceder a António Costa.
"Los sucesos recientes conocidos por todos los portugueses llevaron a António Costa a dimitir de las funciones de primer ministro y también de secretario general del Partido Socialista. En este escenario abierto para un proceso electoral interino para elegir los órganos del partido, presento mi candidatura", dijo Santos.
En un acto en la sede del PS en Lisboa, el diputado de 46 años rindió a homenaje a Costa y recordó que en 2014 fue uno de los primeros presidentes de federaciones del partido en apoyar la entonces candidatura de Costa a secretario general. "Tuve la oportunidad de trabajar con los mejores políticos portugueses que he conocido, António Costa fue el líder que derrumbó los muros erguidos entre el PS y los otros partidos de la izquierda", recordó Santos, quien alabó la gestión del primer ministro dimisionario en la pandemia, los incendios y otras crisis.
Este nieto de zapatero e hijo de empresario de Madeira, como él mismo mencionó, indicó que los socialistas no van a pasar "los próximos cuatro meses hablando de un proceso judicial" en referencia a las investigaciones a Costa y miembros de su entorno y Ejecutivo: "Es nuestro deber preparar y defender una política para el país".
En ese sentido, delineó las que son sus prioridades -los salarios, la vivienda y la reorganización del territorio. Sobre los sueldos, dijo que son necesarios salarios dignos para los trabajadores, que de lo contrario "no se sentirán ni reconocidos ni respetados". "Portugal solo conseguirá ser un país desarrollado y próspero si valorizamos y respetamos a todos los que hoy trabajan", apuntó el socialista, quien remarcó que para eso son necesarias "empresas fuertes y rentables".
Respecto a la viviendas, cuyo precio está disparado en un contexto de salarios bajos, señaló que mentiría si dijera que tiene una "solución única, rápida y eficaz", y consideró que la solución pasa por un diálogo con inquilinos, propietarios, familias y bancos. También explicó cómo ve la reorganización del territorio y la necesidad de desarrollar las zonas con menor densidad de población.
Santos es el segundo socialista que ha dado un paso adelante para sustituir a Costa al frente del partido, después de que el sábado lo hiciera el ministro de Administración Interna, José Luís Carneiro, de 52 años, con un perfil más moderado que el diputado, que pertenece al ala izquierdista de la formación política.
El nombre de Santos llevaba sonando como posible sucesor de Costa, aunque su trayectoria no ha estado exenta de polémicas: fue ministro de Infraestructuras en el Gobierno de Costa hasta principios de enero de 2023, cuando tuvo que dimitir para asumir "la responsabilidad política" en el caso de la indemnización de medio millón de euros pagada por la aerolínea TAP a la exsecretaria de Estado del Tesoro Alexandra Reis por dejar la compañía donde ejercía como administradora.
Además, en junio del año pasado, se vio implicado en otra controversia cuando publicó una ordenanza sobre la ubicación del nuevo aeropuerto de Lisboa sin conocimiento previo de Costa y contradiciendo al primer ministro, quien había asegurado que el Gobierno elegiría a través de un proceso consensuado con otros partidos.
En una alusión indirecta a estas polémicas, Santos apuntó dirigiéndose a la audiencia: "Conocen mis cualidades y mis defectos, mi inconformismo y mi combatividad, conocen mi voluntad de hacer cosas, conocen también mis errores y mis cicatrices". "Los errores que cometemos y las cicatrices que llevamos son parte de nuestras vidas", indicó.
Tras la dimisión el martes pasado de Costa, que ya anticipó que no va a volver a presentarse, el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, decidió convocar elecciones para el próximo 10 de marzo.