Tanques Leopard y Abrams: ¿cuáles son, qué diferencias tienen y por qué la guerra depende de ellos?
La entrega a Ucrania de este tipo de armamento estadounidense y alemán supondría un revulsivo en la contienda a la hora de medirse al armamento pesado del Ejército ruso.
Cuando comenzó la guerra de Ucrania eran muy pocos los que esperaban que su Ejército fuese capaz de detener una invasión a gran escala y simultánea como la lanzada por Rusia la noche del 24 de febrero de 2022. Con todo, no se gana una guerra solo con valentía, son necesarias armas para plantar cara a uno de los países que más invierte en armamento de todo el mundo y todavía con un arsenal digno de esta potencia militar-nuclear y heredado de la Guerra Fría.
Y en ese campo, Kiev ha reclamado por activa y por pasiva que necesita baterías de misiles antiaéreos -que ya han suministrado países como EE.UU. o Reino Unido-, pero también tanques con los que hacer frente a una de las mayores fortalezas de Moscú sobre el terreno. Londres ha desbloqueado la entrega de una docena de sus Challenger 2, pero lo que de verdad codicia Ucrania son los modernos M1 Abrams de Estados Unidos y los Leopard 2 de Alemania.
Aunque ni en Washington ni en Berlín parecen dispuestos a dar el paso y suministrar unos tanques de los que Moscú ya ha advertido que su envío supondría una nueva escalada en el conflicto, este viernes en Ramstein (Alemania) se decidirá finalmente si arman a Ucrania con Leopard 2. ¿Cuáles son este tipo de tanques?, ¿qué diferencias tienen? y, lo más importante, ¿por qué el actual curso de la guerra depende de ellos?
El Leopard 2, cañonazos a 2,5 kilómetros
El Leopard 2 es un carro de combate que fue desarrollado en Alemania a comienzos de la década de 1970 por la empresa Krauss-Maffei-Wegmann, una de las armamentísticas más importantes de Europa. De todas las versiones existentes, la más moderna es la A7, que está al nivel de los mejores vehículos blindados de combate del mundo.
El peso del tanque es de 55 toneladas y cuenta con un blindaje de 800 milímetros de grosor máximo. En cuanto a su capacidad de desplazamiento, el vehículo alcanza una velocidad máxima de 68 kilómetros por hora y tiene una autonomía de 500 kilómetros.
A la hora de disparar, el Leopard 2 posee un cañón Rheinmetall de 120 milímetros con un alcance de 2,5 kilómetros y dos ametralladoras de calibre 7,62. Asimismo, también dispone de un sistema de supresión de fuego y explosiones para proteger el carro de combate.
Las Fuerzas Terrestres de Polonia cuentan en estos momentos con al menos 250 unidades de Leopard 2. La mayoría de ellas corresponden a los modelos 2A4 y 2A5 y la intención del ejército polaco es modernizarlas a la versión Leopard 2PL. Aunque Polonia sí se ha abierto a entregar este tipo de vehículos pesados a Ucrania, debe ser autorizado por Alemania, su fabricante.
Abrams M1A1, el terror en Faluya y Bagdag
Si hubo un escenario de guerra en el que quedó claro que uno de los mejores tanques del mundo era 'made in USA' fueron las guerras del Golfo y la invasión de Irak de 2005. Durante estas ofensivas estadounidenses en los países del Golfo Pérsico entraron en acción los nuevos modelos, los Abrams M1A1. Fue el final de una época de constante lucha contra su homólogo soviético, los T-72, pero el desequilibrio quedó constatado. En una lucha de Los Abrams se convirtieron en el auténtico terror de los antiguos tanques soviéticos, en ciudades como Faluya o Bagdad.
Estamos hablando de un vehículo pesado que alcanza una velocidad máxima gobernada de 45 mph (72 km/h) en carreteras pavimentadas y 30 mph (48 km/h) campo a través. A nivel de armas cuenta con una versatilidad enorme. El armamento principal del M1A1 y del M1A2 es el cañón M256 de 120 mm y 44 calibres de longitud (44 veces su diámetro) de ánima lisa, diseñado por Rheinmetall AG de Alemania y fabricado bajo licencia en Estados Unidos. Curiosamente, es una variante del cañón Rheinmetall L/44 de 120 mm que portan los Leopard 2 alemanes en todas sus versiones hasta el Leopard 2A5.
Por otra parte, es capaz de disparar distintos tipos de municiones. Desde los proyectiles M829A2 APFSDS -diseñados expresamente para penetrar el blindaje de los modernos T-90 o T-80U rusos- a proyectiles de carga hueca HEAT como el M830 -especialmente útiles para destrozar otros blindados o incluso aviones de vuelo bajo-, pero también la última versión (M830A1), que conforma un proyectil multiuso con una carga hueca para uso anti-blindaje y de fragmentación para uso anti-persona.
A mayores, monta tres ametralladoras: una M2HB calibre 12,7 mm (.50 BMG) frente a la escotilla del comandante, una M240 calibre 7,62 mm (.30) frente a la escotilla del cargador en una montura y una M240 calibre 7,62 mm (.30) que se dispara con el mismo sistema de control de tiro usado por el cañón principal.
Su alta capacidad de fuego se complementa con una puntería mortal. Está equipado con un sistema de control de fuego balístico computarizado que utiliza los datos recogidos por diversas fuentes, como los visores termales o el visor principal del artillero, los procesa y muestra uno de los tres componentes de la solución balística: ángulo, tipo de munición y distancia al blanco.
¿En qué se diferencian y por qué son clave para el futuro de la guerra?
Actualmente, y a pesar de los numerosos carros de combate destruidos por Ucrania, el Ejército ruso sigue contando con una ventaja a la hora de movilizar tropas y controlar terreno mediante el apoyo de tanques.
Se está demostrando, sobre todo, en el frente del este y en la carrera por hacerse con toda la cuenca minera del Donbás. Pero también en el bando contrario, puesto que Ucrania lidera una contraofensiva desde el sur que le ha permitido recuperar muchas posiciones y enclaves en un lapso corto de tiempo, como ha sido el caso de Jersón, la mayor ciudad que Rusia controlaba desde el inicio de la contienda y cuya región homónima hacía solo un mes que acababa de anexionar -ilegalmente, claro-.
No obstante, expertos como John Chipman, director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, ha valorado que “la entrega a Ucrania de tanques como los Leopard 2 cambiaría los equilibrios de control del territorio en la guerra”. En una entrevista con El País, ha detallado los motivos que llevan a Ucrania a querer contar sí o sí con este armamento: "Rusia ha invadido el país más grande en Europa. La mayor parte de la guerra es un conflicto terrestre. La artillería ha tenido un papel muy importante, pero también se producen considerables batallas de tanques".
En ese contexto, Chipman señala que "hay límites en la capacidad de Ucrania de proteger la tierra que controla y sin duda límites en la capacidad de reconquistar más si no recibe tanques modernos". Además, apunta otra clave, y es lo demostrado a nivel de aprendizaje y manejo de nuevo armamento por las tropas ucranianas. "La experiencia reciente ha sido que los militares ucranios han sido muy rápidos en adaptarse, enormemente flexibles, y han logrado manejar algunos de los sistemas de armamentos más sofisticados en semanas cuando se pensaba que serían necesarios meses", ha opinado.
En cuanto a las diferencias entre ambos, el experto precia que "los tanques Leopard 2 no son tan complejos como por ejemplo los Abraham 1 de EE.UU., que además de gastar muchísimo combustible, son sofisticados, diseñados pesadamente". Por lo contrario, Chipman recuerda que el debate está precisamente en los carros germanos: "Pero los tanques de los que se habla, los Leopard 2 de Alemania, y que tienen otros países también, como Finlandia, o los Leclerc de Francia, marcarían una diferencia en la batalla terrestre y cambiarían los equilibrios de control del territorio".