Sunak agita el miedo a la izquierda en su primer debate electoral contra Starmer
Un 'premier' agitado y, en ocasiones, agresivo recurrió a las supuestas subidas de impuestos que los laboristas planean si alcanzan el poder, algo que Starmer, proyectando una imagen de estadista, rechazó salvo en "casos específicos".
El primer ministro británico, Rishi Sunak, se mostró esta noche al ataque en su primer debate electoral con el candidato laborista y gran favorito según las encuestas, Keir Starmer, quien trató de defenderse de su adversario y de proyectar una imagen de estadista.
Un Sunak agitado y, en ocasiones, agresivo recurrió una y otra vez a las supuestas subidas de impuestos que los laboristas planean si alcanzan el poder, algo que Starmer rechazó salvo en unos pocos "casos específicos".
La moderadora del debate, Julie Etchingham, se vio obligada a interrumpir continuamente a Sunak para dar el turno de palabra a Starmer, quien se posicionó desde el inicio como el defensor de los ciudadanos y trabajadores comunes frente al "caos" de 14 años de gobiernos conservadores.
El laborista se presentó como un realista pragmático, que devolverá el sentido común a la política británica. El primer ministro, como un líder ambicioso con la visión y la experiencia suficiente para llevarla a cabo.
Esfuerzos de empatía
Tras una breve intervención inicial de ambos candidatos, la economía y la sanidad vertebraron la primera mitad del cara a cara, que tuvo lugar en Salford (noroeste de Inglaterra).
Sunak recordó su labor como ministro de Economía durante la pandemia de la covid-19, cuando lanzó un programa de protección del empleo, y aseguró que los "progresos" económicos que está consiguiendo el país se pondrían en riesgo de llegar la oposición al poder.
Starmer se apuntó su primer tanto al preguntarse por qué el primer ministro ha adelantado las elecciones si realmente cree que su plan está funcionando y la economía se va a recuperar: "Eso es porque sabe que no es verdad y que la inflación va a volver a subir en los próximos meses".
Frente a ello, el jefe del Gobierno se aferró a su mantra: "Los laboristas subirán los impuestos, está en su ADN".
Acusado en ocasiones de frialdad, Starmer intentó enseñar su lado más empático cuando los espectadores del público en el estudio del canal ITV realizaron sus preguntas en primera persona.
"Cuando era niño, no teníamos mucho dinero y sé lo que es no poder pagar las facturas. En un momento dado, nos cortaron el teléfono. No creo que el primer ministro entienda su posición", le dijo a una mujer que había relatado sus problemas para llegar a fin de mes.
También cosechó el líder laborista -a quien los sondeos dan una aplastante victoria el 4 de julio- aplausos en el segmento dedicado a la sanidad y la educación, dos servicios públicos que han sufrido un importante deterioro en los últimos años.
Sunak se crece con la inmigración y defensa
Sin embargo, el segundo segmento del debate pareció más propicio para Sunak, quien defendió su plan de deportar inmigrantes ilegales a Ruanda y retrató a su contrincante como una persona sin la capacidad para tomar decisiones duras e importantes.
En uno de los contrastes más claros de la noche, el primer ministro sugirió que estaría dispuesto a desoír las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para "proteger las fronteras". Starmer, fiscal de profesión, dejó claro que siempre respetaría los dictámenes de esa corte.
"No creo que los laboristas sean de fiar para proteger a este país", atacó Sunak.
En sus intervenciones finales, ambos subrayaron cómo pretenden posicionarse de cara a las elecciones.
"No voy a pretender que tengo una varita mágica, sino un plan pragmático para cambiar el Reino Unido con sentido común", aseguró Starmer.
El primer ministro le replicó: "Con Starmer, uno no sabe qué tendrá, salvo más impuestos. En tiempos inciertos, no podemos permitirnos un primer ministro incierto".