Suecia activa el botón rojo ante la última maniobra de Hungría
Asegura que actuará por su cuenta si las medidas de la UE para frenar la importación de gas natural ruso son insuficientes.
Los estados miembros de la UE continúan debatiendo qué sanciones imponer a los proyectos clave de GNL rusos, como prohibirles utilizar los puertos del bloque para reexportar suministros a terceros países, con el fin de limitar la capacidad del Kremlin para generar ingresos con el gas natural licuado. Sin embargo, aún no se puede implantar esta prohibición porque las sanciones requieren la unanimidad de los 27 estados miembros de la UE y Hungría se ha opuesto al paquete.
Por eso, Suecia está buscando la manera de bloquear unilateralmente las importaciones de este combustible fósil si finalmente Hungría logra suavizar o detener por completo las últimas sanciones propuestas por la Unión Europea contra Moscú, según ha recogido Bloomerg.
"Si el paquete de sanciones no se ajusta a su propósito, estamos preparados para navegar por nuestra cuenta", ha afirmado la ministra sueca de Energía, Ebba Busch, en una entrevista al margen de una reunión de ministros en Bruselas. "Eso no es óptimo, pero estamos estudiando la posibilidad de encontrar una manera de detener e imponer sanciones a las importaciones rusas, específicamente de GNL", ha añadido.
Impaciencia entre los estados miembros
Busch no ha especificado cómo el Gobierno pretende frenar estas importaciones de energía de Rusia, pero ha asegurado que las nuevas medidas planteadas son insuficientes para prohibir de forma efectiva estos envíos.
Las reglas exigen que los países tengan en cuenta la seguridad energética del bloque, mientras que naciones como España han planteado que las importaciones se trasladen a otros países de la UE. Alemania y la República Checa, por su parte, han solicitado que se implante un grupo de trabajo de alto nivel que determine cómo reducir las importaciones de energía restantes que aún provienen de Rusia después de las grandes reducciones observadas desde la invasión de Ucrania.
Si bien las importaciones suecas de gas ruso son pequeñas, cualquier medida pondría de manifiesto la creciente impaciencia de los estados miembros por los continuos obstáculos de Hungría a la ayuda a Ucrania y las sanciones, pero también resaltaría la desunión dentro del bloque. "El objetivo de toda esta guerra del lado de Rusia es dividir y conquistar", reclama Busch. "Pero Suecia no esperará si no tenemos éxito con el decimocuarto paquete de sanciones", concluye.
Por último, Busch considera que la UE podría ganarse a Hungría si fomente nuevas inversiones en el asediado sector nuclear de la región para ayudar a los países a compensar la pérdida de gas ruso.