Rusia pone a prueba a la OTAN con un audaz movimiento

Rusia pone a prueba a la OTAN con un audaz movimiento

El país presidido por Putin ha retirado las boyas que marcaban la frontera marítima con Estonia, que califica la acción de "comportamiento provocativo".

Estonia, Orms.Getty Images

Moscú ha decidido poner a prueba la "determinación" de la OTAN haciendo que los guardias fronterizos del Kremlin retiraran las boyas que marcaban la frontera marítima de Rusia con Estonia

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Estonia ha anunciado en un comunicado que, durante el jueves por la noche, las fuerzas del orden rusas retiraron “unilateralmente” la frontera flotante colocada en el río Narva para marcar las rutas marítimas y la frontera.

 Es un “comportamiento provocativo”

Desde el punto de vista del Ministerio, esta acción "encaja bien en el patrón más amplio de comportamiento provocador de Rusia, incluso en sus fronteras con sus vecinos, más recientemente con Lituania y Finlandia". Sin embargo, asegura que la respuesta del país va a ser "tranquila y lúcida".

"Tratamos esto como un incidente fronterizo provocador. Comunicaremos a la Federación de Rusia a través de nuestros representantes fronterizos y canales diplomáticos que tales acciones son inaceptables, exigiremos una explicación sobre la retirada de las boyas y su devolución inmediata", aclara el Gobierno.

Por su parte, Eerik Purgel, jefe de la Oficina de Guardia Fronteriza de la Prefectura Oriental, ha asegurado en otro comunicado que "la Junta de Policía y Guardia Fronteriza espera pruebas de Rusia de que la posición de la ruta marítima acordada hasta ahora ha cambiado y, si no se presentan, seguiremos instalando boyas".

Implantadas por mutuo acuerdo

Estas boyas se colocan cada primavera como parte de un acuerdo de 2022 entre Tallin y Moscú. “Mientras que la línea de control temporal está marcada permanentemente en la frontera terrestre, el lecho del río cambia con el tiempo, por lo que volvemos a verificar la señalización de las rutas de navegación cada primavera”, explica Purgel.

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Antes de la guerra, la instalación de las boyas se aprobó de mutuo acuerdo entre Estonia y Rusia, sin embargo, todo cambió a partir de 2023: “Rusia anunció que no estaría de acuerdo con la ubicación de aproximadamente la mitad de las 250 marcas flotantes previstas”. Aun así, Estonia decidió seguir implantando estas boyas porque, según Purgel, “son necesarias para evitar errores de navegación, para que nuestros pescadores y otros aficionados no se adentren accidentalmente en aguas rusas”.