Rusia desmonta sus ametralladoras de los aviones y las baja a tierra
No parece muy buena idea, ya que las pruebas han evidenciado varias limitaciones.
Un equipo móvil de defensa aérea ruso ha transformado una ametralladora YakB-12.7, originalmente diseñada para helicópteros, en un arma terrestre destinada a contrarrestar drones. El diseño modificado ha sido presentado en un vídeo publicado por el usuario AFV Recognition en la red social X, donde se puede ver el funcionamiento del sistema.
La YakB-12.7, una ametralladora de cuatro cañones y calibre 12,7x108 mm, ha sido montada en el chasis de un vehículo con ruedas que, a su vez, cuenta con un sistema de interferencias electrónicas para protegerlo de amenazas.
Sin embargo, las pruebas mostraron ciertas limitaciones del sistema en cuanto a su falta de estabilización, ya que el retroceso de la ametralladora generó un balanceo violento en el chasis, algo que podría complicar su precisión.
Otra observación relevante es la emisión de pequeñas ráfagas de disparo, probablemente debido a la falta de un sistema de enfriamiento adecuado. En su uso original en helicópteros, la ametralladora se enfría mediante el flujo de aire generado en vuelo, un elemento que no está presente en esta configuración terrestre.
Modificaciones tecnológicas
La YakB-12.7 fue diseñada originariamente en la era soviética para helicópteros de ataque, como el Mi-24, y módulos de armamento específicos. Su peso en su versión estándar es de 45 kilogramos, y puede alcanzar cadencias de disparo extremadamente altas, con dos modos: 4.000 y 4.500 disparos por minuto. Esta capacidad le otorga un alto poder destructivo, pero también implica retos para su implementación en vehículos terrestres.
El actual sistema adaptado incorpora una mira colimadora abierta y una cámara termográfica, cuya imagen se proyecta en un monitor instalado en el vehículo. No se ha aclarado si se mantiene el motor de escape de gas lateral para accionar los cañones o si fue sustituido por un motor eléctrico.