El revolucionario caza ‘invisible’ llega a Ucrania en 2024
Furtivo, supersónico y autónomo. Así es el avión con el que se busca equilibrar la balanza en los cielos frente a la superioridad rusa.
Ucrania está muy cerca de contar con un nuevo tipo de cazas que puede suponer una seria amenaza a los aviones de combate rusos, pero también a sus tropas de tierra y vehículos blindados. La llegada de la gran obra de ingeniería aeronáutica de Turquía ya tiene fecha: entrará en combate en 2024.
Kizilelma. Recuerden bien ese nombre, porque es el modelo de nuevos cazas con los que Kiev podría contar desde ese horizonte temporal, según una información de El Confidencial. Se trata de un trabajo de Baykar, los fabricantes de los Bayraktar TB2, otra denominación que conoce (y teme) la infantería Rusia. Junto a las baterías de misiles Himars -tan exitosas como sencillas de utilizar-, suponen el gran obstáculo para su avance.
El Kizilelma -‘manzana roja’, en turco- se trata de un avión a reacción marcado por sus tres grandes características. Es casi supersónico, es decir, puede volar tan rápido como la velocidad del sonido. Casi porque en los primeros testeos del motor todavía no ha alcanzado la primera marca de la velocidad match, pero el objetivo es lograrlo en la siguiente actualización. Para ello se apoyará en la industria ucraniana, pues es en este país donde se montarán los motores a reacción.
Las grandes ventajas
Es autónomo, lo que supone que en caso de ser destruido Ucrania no perdería un piloto en combate. Además, rivalizando con la mejor tecnología estadounidense, este dispositivo puede despegar y aterrizar de forma completamente autónoma, pero la clave es que puede hacerlo sin necesidad de encontrarse en una gran superficie.
Así, puede partir desde un pequeño portaaviones, incluso sin el sistema de catapulta -esa suerte de tirachinas que se utiliza para favorecer el despegue de cazas en portaaviones-. Este caza también es furtivo, quizás lo más importante, puesto que le permite eludir ciertos sistemas de radares, si bien no podemos hablar de un avión espía al uso -completamente indetectable-.
En cuanto a su potencia de fuego, los fabricantes la equiparan con la de los estadounidenses MQ-9 Reaper, una bestia conformada por un sistema de varios aviones, estaciones de control en la tierra, satélites y tripulaciones de vuelo y mantenimiento.