Revelan el explosivo fallo del plan de Europa para rearmar Ucrania
Europa enfrenta otra crisis en su intento de apoyar militarmente a Kiev.
Mientras Ucrania enfrenta una creciente presión en el campo de batalla, Europa lucha por aumentar su producción de proyectiles de artillería y misiles. En enero, la Unión Europea admitió que no había cumplido su promesa de entregar un millón de proyectiles a Ucrania antes de marzo de 2024. Para remediar la situación, ese mismo mes asignó 500 millones de euros para incrementar la producción. Sin embargo, la escasez de explosivos se ha convertido en el mayor obstáculo para lograr este objetivo, según The Economist.
El plan de Europa, denominado Ley de Apoyo a la Producción de Municiones (lo antes posible), dirige tres cuartas partes de su financiación, unos 372 millones de euros, a los fabricantes de municiones. Europa necesita grandes cantidades de explosivos para alcanzar su meta de producir dos millones de proyectiles al año para finales de 2025. Cada proyectil de artillería contiene 10,8 kg de explosivos como TNT, HMX o RDX, y también se requieren cargas propulsoras adicionales para lanzarlos a largas distancias. Los misiles, como el Storm Shadow, necesitan cantidades aún mayores de explosivos.
El fin de la Guerra Fría provocó una caída drástica en la demanda de armas, obligando a muchos fabricantes europeos de explosivos a reducir operaciones, fusionarse o cerrar. Gran Bretaña, por ejemplo, cerró su última planta de explosivos en 2008. Actualmente, el último gran productor de TNT en Europa se encuentra en el norte de Polonia. En otros lugares, muchas instalaciones estatales fueron privatizadas o suspendieron sus actividades. Durante décadas, la producción se ajustó para la eficiencia en tiempos de paz, no para la producción a escala industrial, según Johann Höcherl, profesor de la Universidad Bundeswehr en Múnich. Como resultado, la cadena de suministro carece de flexibilidad para satisfacer la creciente demanda.
La producción de explosivos para municiones se concentra en unas pocas empresas que cumplen con los estándares de la OTAN. Chemring Nobel en Noruega y Eurenco en Suecia son ejemplos de productores cuyos pedidos han aumentado desde la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, sus capacidades están al límite, y reactivar plantas inactivas requiere tiempo y recursos significativos. A pesar de los subsidios europeos, construir nuevas plantas puede llevar de tres a siete años. Por ejemplo, Rheinmetall, un proveedor de municiones, está construyendo una planta de explosivos en Hungría, pero la producción no comenzará hasta 2027. Además, regulaciones ambientales y de seguridad complican la expansión de la capacidad, según Christian Mölling del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores.
Los fabricantes de explosivos también enfrentan escasez de trabajadores calificados, ya que los ingenieros veteranos se jubilan y pocos jóvenes optan por trabajar con explosivos. El suministro de materias primas críticas, como el ácido nítrico y la nitrocelulosa, también está bajo presión. Estos productos se destinan principalmente a la producción de fertilizantes, y los altos costos de energía están afectando la disponibilidad de estos insumos para la fabricación de explosivos. Para mitigar estas dificultades, algunos proveedores europeos están buscando explosivos en mercados más lejanos, como India y Japón. Sin embargo, esto plantea preocupaciones sobre la calidad de los explosivos extranjeros y su impacto en los equipos militares.
A pesar de estos desafíos, hay avances: se espera que la producción anual de proyectiles en la UE alcance al menos 1,4 millones para finales de 2024, un aumento significativo respecto a los 500,000 del año anterior. Emmanuel Macron, presidente de Francia, destacó la importancia de la “economía de guerra” de su país al inaugurar una nueva fábrica de propulsores en abril, con planes de apertura para 2025. Sin embargo, estos esfuerzos no serán suficientes para satisfacer la demanda urgente de Ucrania en el corto plazo.