Putin pone un nuevo veto por miedo a los servicios de inteligencia de EEUU
Quiere prohibir el uso del sistema SpeedTest, creado para medir la velocidad de Internet.
Rusia sigue imponiendo restricciones relacionadas con la tecnología para limitar los efectos adversos que esta pueda tener sobre su propaganda. La última medida, según informa The Moscow Times, ha sido la prohibición a los proveedores de servicios de Internet rusos de utilizar el servicio SpeedTest, creado por la empresa estadounidense Ookla para medir la velocidad de Internet.
La Academia Internacional de Comunicaciones de Rusia ha sido quien ha propuesto esta iniciativa, que respaldada después por la Duma Estatal, la cámara baja del parlamento ruso, y el FSB.
Anastasia Ositis, directora de la academia, ha expuesto la propuesta de la organización afirmando que Ookla trabaja con los servicios de inteligencia estadounidenses, que podrían utilizarla para desarrollar un sistema de control de pruebas de las redes de comunicaciones en todo el mundo. "Este es el mismo mecanismo para organizar la dependencia colonial en el sector de las TIC que el SWIFT en el sector bancario", señala.
Sergei Melnik, académico de la IAS, detalla de que estos sistemas de control de pruebas proporcionan información sobre las redes de comunicación, incluida su configuración, el equipo utilizado, la carga, el ancho de banda y otras características. Así advierte de que los servicios de inteligencia extranjeros podrían utilizar estos datos para organizar ataques DDoS selectivos.
"Bloquear SpeedTest, como muchos otros recursos, es técnicamente extremadamente difícil. Los operadores deben eliminar el software Ookla que utilizan actualmente de sus sistemas de información. Después de esto, medir la velocidad de acceso desde los dispositivos de los suscriptores que utilizan este servicio ya no será práctico", ha dicho.
Por ahora no hay motivos formales para prohibir SpeedTest en Rusia, afirma Vladimir Zykov, director de la Asociación de Usuarios Profesionales de Redes Sociales y Mensajeros. Pero, si finalmente los operadores tienen que eliminar el software Ookla de las redes, los usuarios no podrán medir correctamente la velocidad de acceso, asegura.