OTAN activa las alarmas por los últimos movimientos del submarino nuclear ruso

El submarino nuclear Kazán ha acaparado toda la atención este fin de semana al llegar a las costas de Cuba junto a otros barcos rusos en un contexto que precede a una serie de ejercicios militares de Moscú en el Caribe. La presencia de este buque ha hecho saltar todas las alarmas en la OTAN y Estados Unidos porque supone la demostración de fuerza rusa en un momento de máxima tensión internacional.

Funcionarios estadounidenses y de la OTAN han mostrado su preocupación por este submarino de clase Yaren. De hecho, ya en 2021, antes de que diera inicio la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el general de la Fuerza Aérea estadounidense, Glen VanHerck, avisó que estos submarinos están diseñados para operar sin ser detectados y podrían representar una seria amenaza para la infraestructura crítica de EEUU en tiempos de crisis.

Se ha informado que su presencia frente a las costas estadounidenses constituye un importante desafío estratégico para la alianza. Así, aunque EEUU insiste en que estos despliegues "son parte de una actividad naval rutinaria" y "no representan una amenaza directa para Estados Unidos", los tienen muy controlados para que no haya ningún altercado.

Así es el Kazán

El Kazán es un submarino notablemente más pequeño de lo habitual y tiene un reactor nuclear más silencioso que el de sus antecesores. Los nuevos diseños resultan silenciosos, difíciles de rastrear, fuertemente armados y capaces de atacar contra objetivos terrestres y marítimos con poco o ningún aviso.

Esta embarcación requiere una tripulación de hasta 90 hombres y puede permanecer en el mar durante 100 días. Mide alrededor de 139 metros de largo y puede alcanzar profundidades de cerca de 600 metros bajo el agua, además de velocidades superiores a los 31 nudos. Por otra parte, estos buques de guerra pueden portar misiles de crucero Oniks y Kalibr y, en una fecha posterior, los nuevos misiles Zircon.