Ni bombas ni soldados norcoreanos: el arma que usa Rusia para apagar Ucrania
El invierno, clave.
Ucrania denuncia contundentemente una nueva escalada por parte de Rusia, que atacó con misiles cargados con munición de racimo el sistema eléctrico ucraniano, una acción reivindicada por el presidente Vladímir Putin como una respuesta a los ataques ucranianos con misiles de largo alcance de Estaois Unidos contra territorio de Rusia.
“Varias regiones han informado de ataques con misiles Kalibr con municiones de racimo dirigidas de forma deliberada a infraestructuras civiles”, afirmó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Zelenski explicó que el uso de este tipo de munición prohibida -que está compuesta de multitud de submuniciones que se dispersan y expanden la superficie de daños- complica el trabajo de los servicios de rescate y de los ingenieros eléctricos que reparan las infraestructuras alcanzadas.
El presidente ucraniano se refirió a este nuevo bombardeo ruso -el undécimo ataque masivo contra la red eléctrica ucraniana desde el pasado mes de marzo- como “otra escalada especialmente perversa en las tácticas terroristas rusas”, en referencia al uso de munición de racimo.
El presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó el ataque masivo y afirmó sin dar más detalles que “fueron alcanzados 117 objetivos”.
Así las cosas, los funcionarios ucranianos han acusado a Rusia de "convertir el invierno en un arma" y de almacenar misiles para lanzar campañas aéreas previas al invierno en Ucrania. "Fueron ayudados por sus locos aliados, incluido Corea del Norte", escribió Andrii Yermak, jefe de la oficina presidencial de Ucrania en una publicación de Telegram.