Netanyahu, en caída libre en las encuestas: perdería la mitad de sus escaños actuales
Benny Gantz, su principal opositor en los últimos años y hoy miembro del gabinete de crisis por la guerra en Gaza, es el favorito para primer ministro.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, perdería ahora unas eventuales elecciones en Israel y su partido, el Likud, recortaría a la mitad sus escaños en el Parlamento israelí, según la última encuesta de opinión publicada por el Canal 13.
La encuesta sale a la luz después de un fin de semana de protestas por todo el país contra el primer ministro por su gestión de la guerra en la Franja de Gaza y, sobre todo, su negativa a negociar con Hamás un acuerdo para la liberación de todos los rehenes, por más que se haya conocido una propuesta en las últimas horas.
Si las elecciones se celebraran hoy, el ministro Benny Gantz, del partido de centro-derecha Unidad Nacional, ganaría las elecciones con 37 escaños frente a los 12 actuales, mientras que el Likud de Netanyahu se quedaría con 16 escaños, la mitad de los 32 actuales.
Gantz, ministro de Defensa, formaba parte de la oposición al negarse a formar un ejecutivo con Netanyahu desde 2020; pero al iniciarse la guerra en la Franja de Gaza contra Hamás el pasado octubre, accedió a integrarse con rango de ministro a un gabinete de guerra, que actúa como gobierno de emergencia, solo mientras dure el conflicto.
El centrista Yesh Atid (Hay Futuro), partido del ex primer ministro Yair Lapid, se quedaría como tercera fuerza con 14 escaños frente a los 24 actuales.
Según la encuesta, la actual coalición de gobierno, liderada por Netanyahu con sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos, no sumaría más de 46 escaños, muy por debajo de los 64 actuales e insuficientes para gobernar en un parlamento de 120 diputados.
El sondeo de Canal 13 refleja que el Likud lograría mejores resultados si encabezara la formación otro líder, como el actual ministro de Economía, Nir Barkat, con quien obtendrían 21 escaños más.
Netanyahu afronta una crisis de popularidad por su gestión de la guerra en la Franja de Gaza y su reticencia a negociar un acuerdo para liberar todos los rehenes, con un movimiento creciente de protestas por el país que piden su dimisión.