Mazazo contundente de Francia a los vuelos cortos

Mazazo contundente de Francia a los vuelos cortos

Con esta serie de condiciones.

Imagen de archivo del aeropuerto Charles de Gaulle (París).Mustafa Yalcin/Anadolu Agency via Getty Images

La prohibición de vuelos interiores en Francia para trayectos en los que hay una alternativa en tren de menos de dos horas y media ha entrado en vigor. Tras dos años de polémicas y discusiones, el Diario Oficial de Francia publicó el martes esta medida, incluida en el marco de la ley del Clima del 22 de agosto de 2021 del Ejecutivo galo, según ha publicado ABC.

Esta medida no afecta a los denominados vuelos de conexión pero sí impera en los trayectos entre las mismas ciudades que los vuelos y que permitan la presencia de más de ocho horas al día en el destino. En líneas generales, los trayectos realmente afectados son los que conectan París con ciudades de tamaño medio. Por ejemplo: Nantes, Lyon o Burdeos.

"Ahora no tiene ningún impacto", reconoció este miércoles a Efe el delegado general de la Unión de los Aeropuertos Franceses (UAF), Nicolas Paulissen, que precisó que las tres únicas líneas directamente afectadas desaparecieron con la crisis de la covid a comienzos de 2020 y no se han vuelto a reanudar.

Se trata de las conexiones que explotaba la compañía Air France entre el aeropuerto parisino de Orly y las ciudades de Burdeos, Lyon y Nantes. La más importante era la de Orly-Burdeos, que tuvo 566.000 pasajeros en 2019, el último año completo de funcionamiento.

La situación de Air France

Un portavoz de Air France confirmó a EFE que no se van a ver afectadas por la norma, que entró formalmente en vigor este martes, las rutas que la aerolínea opera desde el otro aeropuerto parisino, Charles de Gaulle.

La razón es que el decreto, aprobado en el marco de la ley del clima francesa y cuyo objetivo es ahorrar en emisiones contaminantes a la atmósfera, precisa que la alternativa de dos horas y media en ferrocarril tiene que ser hasta la estación de tren que hay en Charles de Gaulle, y no hasta París.

De forma que Air France puede continuar alimentando desde esa plataforma de Charles de Gaulle con pasajeros que llegan desde diversos destinos en Francia sus líneas europeas e intercontinentales. Tampoco están amenazadas líneas desde Orly como París-Niza, París-Toulouse o París-Marsella, ya que en todos esos casos el trayecto de tren alternativo es de más de tres horas.

Paulissen hizo notar que si en lugar de haber puesto el límite en dos horas y media se hubiera fijado en cuatro o seis horas, eso habría amenazado las líneas interiores con las que Air France nutre su red internacional de vuelos en Charles de Gaulle.

A su parecer, la consecuencia habría sido que no se habría evitado la emisión "ni de un gramo de CO2" porque los viajeros por ejemplo que quieren ir de Marsella a Nueva York, en lugar de hacer escala en París, la harían en Londres. La UAF recurrió la prohibición diseñada por el Gobierno francés ante la Comisión Europea, que no le dio la razón y ha permitido la publicación del decreto.

Una publicación de la que se felicitó el ministro de Transportes, Clément Beaune, que en su cuenta de Twitter se jactó de que Francia ha sido innovadora en una medida que se ha justificado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

"Somos los primeros que lo hacemos", señaló el ministro, después de recordar que se había comprometido a "prohibir las líneas aéreas en caso de alternativa (en tren) de menos de dos horas y media".

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