Marruecos autoriza el 8% de las expulsiones de sus ciudadanos desde la UE
Las cifras desveladas en un informe al que ha tenido acceso la organización 'Statewatch' apuntan a una brecha en los planes comunitarios para el control y gestión de la crisis migratoria.
El Reino de Marruecos, al que España, y de forma más global la Unión Europea, tienen como un necesario aliado para controlar los flujos migratorios en origen -acumula numerosas salidas de cayucos desde su territorio- está aceptando un volumen bajo de devoluciones emitidas desde países comunitarios. De solo el 8%.
Así lo adelanta El País, haciéndose eco de la publicación de un informe al que ha tenido acceso la organización Statewatch -quienes ya han estado detrás de otro tipo de filtraciones fiables-, que supone una radiografía de los procesos de expulsiones o devoluciones con 34 países.
Dicho informa no deja lugar a dudas. Marruecos asoma como una brecha clara y se determina que su nivel de colaboración es "insuficiente". En este sentido, cabe destacar que Rabat se ha venido beneficiando de distintas partidas económicas y programas de inversión o seguridad con la promesa de controlar estos flujos.
Bruselas ha tocado a su puerta porque se trata del país africano con mayor número de cruces irregulares desde su territorio. No obstante, la situación en cuanto al grado de cooperación en esta materia tampoco es alentador en otros países de la región. Sobre todo del Magreb.
Niveles bajos de cooperación también en Mali, Argelia o
El dato de Marruecos es especialmente llamativo por las salidas de migrantes que aglutina, pero lo cierto es que no es el peor de los datos. Ese se lo lleva Malí con un parco 4%, seguido de Guinea (5%) y Costa de Marfil (5%), pero también de otros zonas como Bangladés (9%). Otro país clave del Magreb en este ámbito, sobre todo con gran influencia en el flujo migratorio a Italia es Argelia. Solo acepta el 10%.
Cabe recordar que esta problemática ya propició la primera gira internacional tras el verano del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en distintos países africanos en los que suscribió acuerdos de cooperación para controlar la migración en origen. Entre críticas de la ultraderecha y la derecha de Vox y Partido Popular, Sánchez defendió este tipo de políticas frente a postulados que vinculan delincuencia con migrantes ilegales. Con todo, Sánchez dejó claro que se deben producir las devoluciones.