Malabarismos de Occidente con el petróleo ruso
Los países occidentales prometen "intensificar los esfuerzos" para evitar que Rusia eluda las sanciones.
Occidente sigue buscando la mejor manera de evitar que Rusia eluda las sanciones impuestas sobre el tráfico marítimo de petróleo ruso. Por ello, los ministros de finanzas de los países del G7 se comprometieron el sábado a intensificar los esfuerzos destinados a esta causa.
"Seguimos comprometidos con la adopción de nuevas iniciativas en respuesta a las violaciones del límite del precio del petróleo y con el aumento de los costes que supone para Rusia la utilización de la flota fantasma para eludir las sanciones", afirmó el grupo en un comunicado después de una reunión en Washington. Sin embargo, no explicaron estas medidas en detalle.
"La guerra de agresión ilegal, injustificable y no provocada de Rusia contra Ucrania sigue causando inmensas pérdidas humanas y económicas en Ucrania y repercusiones negativas para la economía mundial, incluida la inseguridad alimentaria y energética que perjudica a los sectores más vulnerables de la población mundial", reflexionaron.
Asimismo, ratificaron su compromiso con el país presidido por Volodímir Zelenski: "Reafirmamos nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania durante el tiempo que sea necesario y pedimos a Rusia que ponga fin a la guerra de inmediato".
Numerosas sanciones y limitaciones
En diciembre de 2022, el G7, la UE y Australia acordaron presionar a los compradores de petróleo ruso para que no superaran un determinado límite de precios. El acuerdo buscaba limitar las ventas y los ingresos del petróleo ruso sin restringir las exportaciones tan drásticamente que provocara un aumento de los precios mundiales del petróleo.
Pero algunos países, especialmente China, han seguido importando petróleo crudo ruso sin respetar el límite de precios. Además, las autoridades afirman que Rusia ha usado su "flota en la sombra" compuesta por petroleros viejos, sin marcas y mal mantenidos para eludir las sanciones transportando petróleo, lo que supone incluso un grave riesgo para el medio ambiente.
Estados Unidos y la UE han sancionado a varios de estos barcos y a sus propietarios, en particular a la compañía marítima estatal rusa Sovcomflot. También Reino Unido ha impuesto varias sanciones, la última de ellas el 17 de octubre, cuando sancionó a 18 buques pertenecientes a esta flota.