Los ultranacionalistas austríacos logran una victoria histórica
Ha obtenido la victoria este domingo en los comicios nacionales con un resultado aproximado del 29% de los votos. "Hemos hecho historia", ha asegurado el secretario general del FPÖ, Michael Schnedlitz, tras conocer los resultados.
Con casi el 100% de los votos escrutados y un resultado aproximado del 29% de los votos, el FPÖ obtiene 57 de los 183 escaños en el Parlamento, lo que imposibilita la investidura de Kick como canciller federal.
El FPÖ centra su programa en el rechazo a la inmigración, el negacionismo climático y en las políticas contrarias al movimiento LGTBIQ+. Su primer líder fue un antiguo miembro de la SS y diputado en el Reichstag nazi, Anton Reinthaller.
Su candidato para este 2024, Herbert Kickl, exministro de Interior, ha afirmado que en caso de obtener la victoria seguirá los pasos del húngaro Viktor Orbán. Durante la presentación de su programa llegó a tildar a los inmigrantes que no tenían trabajo como "el fruto podrido de las migraciones".
Sus aliados le llaman "el canciller del pueblo", un mote que también usaba Adolf Hitler. Durante la pandemia, Kickl llegó a recomendar tomar un medicamento para desparasitar caballos para protegerse del coronavirus.
Desde el Partido Popular austríaco (ÖPV) han insistido en que no harán coalición con un FPÖ encabezado por Kickl, afirmando que su partido quiere solucionar los problemas de la gente y no "vivir de ellos". También se han negado a colaborar con los ultraderechistas, el partido socialdemócrata SPÖ (21,1%), el liberal Neos (9,2%) y Los Verdes ecologistas (8.3%).
Ello ha llevado a Kickl a decir que el resto de partidos tratan a sus votantes como si fueran "de segunda clase", cuestionando los principios de sus opositores.
"Somos el cortafuegos contra todo lo que pone en peligro a esta república democrática" destacó por su parte, Andreas Babler, líder del socialdemócrata SPÖ, quien también expresó su rechazo a pactar con el FPÖ.
Según explicó el analista político Peter Plaikner a 'EFE', lo más seguro es que se produzca un tripartito, ya que una "gran coalición" es mucho menos probable. Y advirtió que en caso de frenar la entrada del FPÖ en el Gobierno, el partido aprovechará para reforzar su mensaje de victismismo y criticar al resto de partidos.
"Si se obtienen resultados históricamente malos, no se puede haber hecho todo bien" señaló finalmente Kick en referencia a los dos partidos dominantes de la política austríaca durante las últimas ocho décadas.