'Los Lobos': la banda de ocho mil sicarios que mata por el control de Ecuador
Nacida al abrigo de 'Los Choneros', el asesinato de su líder dejó un vacío de poder por el que pugna la ya segunda mayor agrupación delictiva del país, extendiendo sus tentáculos desde las cárceles. Cocaína, asesinatos por encargo y hasta minería ilegal conforman sus negocios.
Horas después del asesinato que ha conmocionado a Ecuador, ya se conoce quién es el supuesto responsable de haber matado a tiros a Fernando Villavicencio, uno de los candidatos a las elecciones presidenciales, a la salida de un mitin en la capital, Quito. Como era previsible, antes las declaraciones de la víctima en la que señalaba a las mafias y al problema de inseguridad en el país sudamericano, ha sido una banda delictiva la que se ha atribuido la muerte del experiodista: Los Lobos.
Su nombre puede resultar desconocido fuera de Ecuador, pero en las calles de dicho país lo que causa es temor. Se trata de una banda que nació al abrigo del gran referente del mundo criminal ecuatoriano, Los Choneros. Durante un tiempo, Los Lobos operaron compartiendo la 'tarta' criminal con otras agrupaciones más pequeñas como los Chone Killers -considerados el brazo armado y ejecutor de Los Choneros- o Los Tiguerones. Pero bajo la premisa de que Los Choneros eran los encargados de partir el pastel dando lugar a una suerte de coexistencia pacífica.
Ese equilibrio desapareció de un plumazo en diciembre de 2020 en un centro comercial de Manta. Fue lo último que vio Jorge Luis Zambrano, alias 'Rasquiña' y el jefe de Los Choneros, antes de morir. Su muerte se tradujo en un vacío de poder que ni su sucesor, 'Fito' -algunos le dan por muerto durante un motín carcelario en 2021-, ni el otro cabecilla candidato, 'JR', lograron controlar con un liderazgo cuestionado por Los Lobos, pero también por núcleos de los Chone Killers y Los Tiguerones.
Lo que comenzó como una pandilla a la sombra de la gran banda, dio el gran salto y, en apenas tres años, ya se ha convertido en la segunda mayor agrupación delictiva de Ecuador. Estamos hablando de cerca de 8.000 miembros inmersos en negocios como el tráfico de cocaína, el asesinato por encargo y hasta la minería ilegal. Les da igual matar empleando coches bomba o incluso otro tipo de explosivos. En el mitin de Quito, esta madrugada, llegaron a lanzar una granada de mano que afortunadamente no detonó.
Control de las cárceles, clave en las masacres carcelarias y supuestas conexiones con cárteles mexicanos
Si bien Los Lobos hacen de las calles su terreno de actuación -con gran incidencia en la zona de Guayaquil-, la base de operaciones se encuentra indudablemente tras los muros de las prisiones en las que han ido extendiendo sus tentáculos y ganando influencia. Están presentes en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Santo Domingo, Guayas, Chimborazo, Azuay y El Oro. No obstante, la joya de la corona es el pabellón número 9 de la Penitenciaría del Litoral, copado absolutamente por su férreo control.
Los Lobos fueron una pieza clave de los sangrientos motines carcelarios que se saldaron con más de 300 reclusos asesinados, en una ola de violencia que sacudió al país en 2021. Precisamente, en febrero de ese año, estuvieron detrás de los motines que trataron de dejar fuera de juego a los dos altos cargos de Los Choneros, 'Fito' y 'JR' -muerto en Colombia el año pasado-, si bien hay informaciones que apuntan a que lograron salir vivos y otras a que 'Fito' sí cayó. Sí están confirmados los 80 cadáveres recogidos tras el motín. En esta disputa se vio claramente que la tensión crecía por una de sus principales dedicaciones. El control del polvo blanco.
Su principal dedicación en materia de narcotráfico lo conforma la cocaína. Al igual que otras grupos como los Chone Killers y Los Tiguerones, se les presume vínculos con el cartel mexicano de Jalisco-Nueva Generación. De ahí que a esta suerte de triunvirato criminal salido de la caída en desgracia de Los Choneros se le apode La Nueva Generación. Sí, con el matiz de los herederos.
Ya en noviembre de 2021, en una prisión de Guayaquil -territorio lobo- estalló de nuevo la violencia con distintos motines en los que fueron decomisadas armas de gran calibre. Las autoridades ecuatorianas apuntaron a que dos cárteles mexicanos estaban detrás. Si Jalisco-Nueva Generación cerró filas con Los Lobos, el cartel de Sinaloa apoyó a Los Choneros. Esa nueva explosión de violencia carcelaria se tradujo en otro centenar de muertos, pero no terminó ahí.
Los Lobos han demostrado que no van a permitir la entrada de nuevos aspirantes. En la cárcel de Bellavista, muy próxima a la capital, hubo 44 muertos en mayo de 2022 en una nueva oleada sangrienta que tenía como objetivo liquidar al líder de una pandilla rival emergente, los R7. Alexánder Quesada, alias "Ariel", el presunto líder de los Lobos, dio orden de acabar con Marcelo Anchundia, el jefe de los R7. Estos habían apoyado en un comienzo a Los Lobos, pero la relación se rompió cuando Anchundia supo que sus hombres estaban recibiendo un trato que no era el esperado.
Aunque se da por hecho por su capacidad de control sobre los Chone Killers y Los Tiguerones, el papel de Ariel como líder indiscutible de Los Lobos no está confirmado. El último jefe fue Wilmer Chavarría, alias 'Pipo', que dirigía la banda entre rejas, desde el presidio de Turi en Cuenca y todo apunta a que murió durante uno de los motines de 2021.
Con todo, el vínculo con el cartel de Jalisco no es la única conexión internacional que se le presume a Los Lobos. También estarían en contacto y mantendrían relaciones comerciales con grupos criminales de Europa del este, principalmente albaneses. Sin salir del continente, han sido asociados en el pasado con el Frente 48, un grupo disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras el proceso de paz.