Los líderes europeos ratifican hoy sus nuevos 'top jobs', con Meloni amenazando tormenta
No se esperan sorpresas y Ursula von der Leyen será avalada como presidenta de la Comisión, Antonio Costa al frente del Consejo y Kaja Kallas, en la diplomacia UE.
Los líderes de los 27 socios de la Unión Europea se dan cita este jueves y viernes en un Consejo comunitario que debe ser una puesta a punto. Arranca una nueva legislatura en el Europarlamento, la décima, y las instituciones se renuevan, se refrescas y se repiensan. No sólo es una cuestión de nombres, sino de valores y propósitos, ahora más que nunca, cuando una ultraderecha pujante trata de reventar las costuras de Europa desde dentro, tras ganar uno de cada cinco escaños en las elecciones del 9 de junio.
Pese a las cuestiones de fondo, sobre el futuro de la propia UE y sus urgencias actuales, es cierto que en esta cumbre se impone una prioridad: la ratificación de los llamados top jobs, los altos cargos del Consejo, la Comisión y la diplomacia del bloque. Los seis líderes de la UE que negociaban los puestos más altos del bloque acordaron hace dos días que la alemana Ursula von der Leyen, el portugués António Costa y la estonia Kaja Kallas deberían ocupar los puestos más altos en cada una de esas tres responsabilidades.
El pacto quedó cerrado entre el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el primer ministro polaco, Donald Tusk (por el Partido Popular Europeo, PPE), el primer ministro español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz (por los socialistas), y el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro holandés, Mark Rutte (por el lado de los liberales). El trío de nombres pactado cumplen bien los criterios de equilibrio de género (dos mujeres y un hombre), de procedencia geográfica (una estonia, una alemana y un portugués) y de color político (una popular, un socialista y una liberal).
El próximo paso es el formal, en esta nueva reunión en Bruselas, lejos ya de la cena informal del pasado 17 de junio en la que se empezó a esbozar ese esquema de poder. Los tres nombres serán presentados a los jefes de Estado y de Gobierno para su aprobación y no se esperan sorpresas, porque el pacto va atado y bien atado. Las normas dictan que los elegidos han de contar con el respaldo de 15 de los 27 estados (mayoría cualificada se llama) pero que representen al menos al 65% de la población europea. Si un país de mucho tamaño, como España, se planta ante un nombre, no sale adelante, tiene capacidad de bloqueo aunque enfrente haya una mayoría de países.
Eso no va a pasar, aunque nadie dice tampoco que vaya a ser un Consejo tranquilo, porque sí, pese a todo hay resistencia, hay oposición. Y viene, sobre todo, de la ultraderecha que ya manda y que se enfada porque el bloque demócrata (conservadores, socialdemócratas y centristas) no los han invitado a la fiesta de la negociación.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, es la que más guerra dará, pero se esperan críticas también del húngaro Viktor Orban y del checo Petr Fiala. Ninguno formó parte de los contactos previos para pactar estos tres nombres, una condición establecida por los liberales y los grupos de centro izquierda, que habían prometido no respaldar a Von der Leyen si llegaba a acuerdos con el líder italiano. Con los radicales, ni a la vuelta de la esquina. Esa es la postura que defenderán estas formaciones tanto en la elección de nombres como, más adelante, en las sesiones de la Eurocámara.
Aún así, es probable que Italia obtenga una cartera de alto nivel en la próxima Comisión Europea porque, para eludir el malestar de la mandataria italiana, uno de los seis negociadores se puso en contacto con ella para garantizarle que tendrá, como ha solicitado, una cartera importante en el próximo Ejecutivo comunitario, según las fuentes citadas por EFE o POLITICO.
En el parlamento italiano, Meloni se mostró el miércoles muy dura con Bruselas. Confirmó que no acepta el pacto a tres bandas porque es "un acuerdo para excluir", no para unir. Entiende que no se respeta la "lógica neutral" de los primeros tiempos de la UE y por eso "no lo piensa compartir". Denuncia que los nombres estaban seleccionados "incluso antes" de las elecciones y que no se oye el "rechazo" ciudadano a partidos del pasado. Dio un toque de atención que es un aviso a navegantes para el futuro de la legislatura: esto es "un error que está a punto de cometerse" cuando hay una "mayoría frágil" en la Eurocámara, "destinada a tener dificultades" para sacar proyectos adelante. Está, claramente, avisando de que pueden necesitar los votos de su grupo, el de Conservadores y Reformistas (ECR), y no tenerlos. Un grupo que, con los recuentos finales, ha adelantado a Renew (liberales) y es ya el tercero en la Cámara comunitaria.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, escribió en sus redes sociales después de que se conoció la noticia el martes que el acuerdo que el PPE "hizo con los izquierdistas y los liberales va en contra de todo en lo que se basa la UE. En lugar de inclusión, siembra las semillas de la división. ¡Los altos funcionarios de la UE deberían representar a todos los estados miembros, no sólo a los izquierdistas y liberales!". En la misma línea que Meloni, pues. Pese a ello, ambos mandatarios tuvieron el lunes una reunión en Roma de la que salieron dos conclusiones: tienen una mirada muy parecida sobre Europa pero no, el húngaro no se sumará a ECR porque en su seno tiene a un partido rumano "que es antihúngaro".
La terna de cargos se completaría con la presidencia del Parlamento Europeo, para la que los líderes no dan nombres en esta cita, sino indicaciones de color político: el Partido Popular Europeo se llevaría la primera mitad de la legislatura -para la actual presidenta, Roberta Metsola, sin dudas- y queda en el aire qué pasaría con la segunda, que tradicionalmente tienen los socialdemócratas.
El actual presidente del Consejo, el liberal belga Charles Michel, en la carta en la que invita a los líderes a verse en Bruselas, recuerda que los nombramientos son importantes, pero deben ir acompañados de otros dos puntos esenciales para el funcionamiento de la Unión: su agenda y sus apuestas. Así, se espera que los dirigentes adopten la llamada Agenda Estratégica 2024-2029, un plan de actuación que establece la el rumbo y los objetivos de la UE. Durante el último año, Michel ha mantenido debates con los dirigentes del club comunitario sobre los retos y las prioridades futuras que deben incluirse en la agenda estratégica a partir de tres pilares: "una Europa libre y democrática, una Europa fuerte y segura y una Europa próspera y competitiva".
También se espera que los dirigentes adopten una hoja de ruta para los trabajos futuros en materia de reformas internas que llevará a cabo la UE, a fin de cumplir las aspiraciones a largo plazo y reforzar su capacidad para hacer frente a retos cada vez más complejos, ganando en competencias y operatividad, una tarea en la que los líderes llevan retraso. Este trabajo se llevará a cabo en paralelo al proceso de ampliación de la UE, que también ha tenido esta semana buenas noticias, porque el martes se abrieron negociaciones con Urania y con Moldavia, insólitas por el escenario de invasión por parte de Rusia desde febrero de 2022. "Estos son pasos históricos para apoyar el camino respectivo de estos países hacia la membresía europea", destaca el Consejo. En el caso de Ucrania, la primera conferencia de adhesión se celebrará el 25 de junio de 2024, por lo que habrá que repasarla también en esta cita.
La tarea pendiente
Los dirigentes de la UE abordarán, cambios aparte, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania en todas sus dimensiones. Ante la reciente escalada por parte de Moscú y la intensificación de los ataques contra civiles e infraestructuras críticas, los dirigentes debatirán el apoyo integral de la UE a Ucrania, en particular el apoyo militar. En este contexto, estudiarán las iniciativas puestas en marcha por los Estados miembros en relación con las municiones y los misiles y el apoyo en el marco del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. Una videoconferencia con el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, abrirá la cumbre este jueves, a las dos de la tarde.
También se espera que los dirigentes debatan los avances en el uso de los activos inmovilizados de Rusia para apoyar a Ucrania y su reconstrucción. "Hemos sido ambiciosos y audaces al canalizar los extraordinarios ingresos procedentes de los activos rusos inmovilizados para apoyar a Ucrania este año. Para los próximos años, junto con nuestros socios, conseguiremos préstamos para Ucrania por un importe adicional de 50.000 de euros", enfatiza Michel en su misiva.
"También es imperativo que intensifiquemos nuestro apoyo militar a Ucrania, centrándonos en la defensa aérea, las municiones y los misiles. Además, debemos seguir reuniendo un amplio apoyo internacional para una paz justa en Ucrania basada en la Carta de las Naciones Unidas", añade. Se incide, expresamente, en que se debe revisar cómo definir un planteamiento estratégico para el mar Negro, donde Kiev cada vez se apunta más tantos en la guerra contra el invasor.
Los dirigentes de la UE debatirán, también, sobre los últimos acontecimientos en Oriente Próximo y las prioridades más importantes, como la situación en Gaza y la ayuda humanitaria; la evolución de la situación a escala regional, en particular en Cisjordania y el Líbano; un alto el fuego inmediato y sostenible y la liberación incondicional de los rehenes. "Pediremos la plena implementación de los términos de la propuesta de alto el fuego establecida en la Resolución 2735 del Consejo de Seguridad de la ONU y el respeto y la implementación de las Órdenes de la Corte Internacional de Justicia", indica el Consejo, en referencia al primer texto avalado por Estados Unidos al respecto.
La UE "está firmemente determinada a trabajar con sus socios para poner fin sin demora a la crisis en Gaza y evitar una nueva escalada de las tensiones en la región, así como para lograr una paz duradera y sostenible basada en la solución de dos Estados", se añade.
Los dirigentes de la UE proseguirán los debates sobre cómo aumentar la preparación y capacidades generales en materia de defensa de la UE. También debatirán cómo seguir reforzando la base industrial y tecnológica de su defensa. En este contexto estudiarán las diferentes opciones de movilización de financiación adicional para la industria europea de la defensa.
Y tomando como base la reunión del Consejo Europeo de los días 17 y 18 de abril de 2024, los dirigentes de la UE volverán a tratar la unión de los mercados de capitales y examinarán los avances realizados en relación con las iniciativas para aumentar la competitividad, garantizar la resiliencia económica, desarrollar todo el potencial del mercado único o ahondar en la unidad ante la inmigración. Se forma secundaria, se cuela en la agenda la situación en Georgia y la posición de la UE, en particular a la luz de la ley sobre agentes extranjeros.
Al fin, el Consejo Europeo debatirá la respuesta de la UE al aumento de las actividades híbridas dirigidas contra la UE, sus Estados miembros y sus socios, como la intimidación, el sabotaje, la manipulación de información y la injerencia por parte de agentes extranjeros, la desinformación, las actividades informáticas malintencionadas y la instrumentalización de los migrantes por parte de terceros países. Rusia, aunque no se a cite, está en el centro de estas preocupaciones.