La UE logra un acuerdo sobre la polémica Ley de Restauración de la Naturaleza
"Después de setenta años de iniciar el proyecto europeo, vamos a tener una política común de restauración de la naturaleza", defendió el eurodiputado español César Luena (PSOE).
La Eurocámara, el Consejo de la UE y la Comisión Europea alcanzaron este jueves un acuerdo político sobre la polémica Ley de Restauración de la Naturaleza, que busca recuperar el 20 % de ecosistemas terrestres y marinos dañados de la Unión Europea para 2030, y todos ellos para mitad de siglo.
"Hemos logrado un acuerdo para recuperar aquello que nos genera no solamente vida, también servicios económicos y sociales, que impacta en el bienestar de las personas y en la viabilidad de la mayor parte de nuestras actividades, incluida, cómo no, la seguridad alimentaria", dijo la ministra española para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera.
En representación de la presidencia española del Consejo de la UE, Ribera se desplazó a Bruselas para liderar la negociación final entre los Estados miembro y el Parlamento Europeo, que tuvo como ponente al eurodiputado español César Luena (PSOE).
"Después de setenta años de iniciar el proyecto europeo, vamos a tener una política común de restauración de la naturaleza, que es importantísima porque no solamente resuelve el estado de los ecosistemas que están degradados, sino que además sirve para luchar contra los efectos del cambio climático", declaró Luena tras el pacto.
La Ley de la Restauración de la Naturaleza parte de una propuesta lanzada en diciembre de 2022 por la Comisión Europea para acompasar el paso con los acuerdos sobre biodiversidad alcanzados en la COP15 de Naciones Unidas.
Como complemento de otros instrumentos legales de la UE, como las Directivas Hábitas y Aves o la Red Natura 2000, la nueva normativa busca reparar al menos el 20 % de los ecosistemas terrestres y marinos degradados de la UE en 2030 y todos ellos para el 2050 a través de objetivos vinculantes.
El acuerdo final contempla que, hasta 2030, se priorice la restauración de los espacios de la red Natura 2000, una de las muchas flexibilidades que se han introducido para forjar un pacto difícil.
Además, los países tendrán requisitos específicos para corregir la disminución de polinizadores y el objetivo de restaurar para 2030 el 30 % de las turberas vaciadas para uso agrícola; mantener madera muerta en los bosques para mejorar la biodiversidad de los ecosistemas forestales; no reducir espacios verdes urbanos y eliminar barreras artificiales de los ríos.
Para superar el controvertido escollo de la financiación, se acordó que la Comisión presente un informe sobre los recursos financieros disponibles a nivel comunitario, de las necesidades y, si procede, que haga una propuesta para aumentar la dotación en el presupuesto de la UE.
Y en un guiño a los agricultores, el texto acordado permite suspender las medidas del reglamento hasta un año "por razones de emergencia no esperadas no sea posible cumplir con algunos de estos objetivos en el plazo previsto", explicó Ribera.
No se esperaba que fuera un expediente polémico, pero la ley de la naturaleza, a la que se opusieron desde el principio las grandes explotaciones agrarias, representadas por la plataforma Copa-Cogeca, se envenenó políticamente ante la proximidad de las elecciones al Parlamento Europeo a mediados de 2024.