La OTAN acelera su plan de llevar a sus 'luchadores nucleares' al rellano de Putin y el mundo contiene la respiración
Las tensión crece entre la Alianza Atlántica y Moscú mientras las bases europeas se preparan para hacer frente a una nueva era de confrontación entre ambas fuerzas.
La OTAN ha puesto en marcha uno de sus movimientos más provocadores: la ampliación de una base aérea en Hungría para que tenga capacidad de albergar cazas con capacidad nuclear. En un intento por contrarrestar la amenaza que representa Rusia, Estados Unidos ha anunciado en el marco de la Iniciativa de Defensa Europea, su intención de reforzar la base húngara de Kecskemet con un proyecto que incluye mejoras clave para que puedan aterrizar cazas y aviones de transporte estratégicos para la Alianza Atlántica.
Este movimiento estratégico, según el rotativo Daily Express, empezó a gestarse en 2021 con un acuerdo firmado entre Estados Unidos y Hungría para fortalecer la frontera este de la OTAN, una región bajo una enorme presión desde que Rusia intensificó su actividad militar en la zona después de la invasión de Ucrania en 2022.
Varios informes señalan que entre los aviones que podrían llegar a la base aérea húngara se encontrarían los F-15 Eagle, capaces de llevar bombas nucleares B61-12. Además, de acuerdo con el periódico inglés, se apunta a la llegada de aviones como los A-10 Warthog o los gigantes C-5 Galaxy. Las instalaciones militares que usa la OTAN también sufrirán una serie de mejoras que aseguren su operatividad: desde pistas de rodaje paralelas hasta un sistema de almacenamiento de combustible valorado en 21 millones de dólares.
Las alarmas han empezado a sonar. Las agencias de inteligencia europeas advierten de que Rusia podría estar preparando un ataque directo contra la OTAN hacia 2030. Bruno Kahl, director del servicio de inteligencia exterior de Alemania, ha sido muy claro: "Putin seguirá poniendo a prueba las líneas rojas de Occidente y escalará la confrontación”. Kahl señala que, en términos de personal y material, las fuerzas armadas rusas podrían estar listas para un ataque directo contra la Alianza Atlántica antes del final de la década.
Este inquietante escenario se agrava con los planes de Putin de aumentar el tamaño del ejército de Rusia. El Kremlin ha anunciado la incorporación de 133.000 nuevos efectivos este año y se espera que el número total de reclutas llegue a 283.000 a finales de 2024. Además, el gasto militar ruso sigue creciendo sin freno, con un presupuesto récord de 13.5 billones de rublos (unos 109 mil millones de euros) para 2025, lo que representa un aumento del 25 % en comparación con el año anterior.
Mientras tanto, las autoridades rusas han advertido de que no les temblará la mano si han de tomar medidas a cualquier incremento de la presencia militar estadounidense en Europa. La posibilidad de un enfrentamiento directo entre Moscú y la OTAN, impensable hace solo unos años, empieza a convertirse en una opción para el Kremlin, según Kahl.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, tanto Estados Unidos como sus aliados europeos han intensificado el apoyo militar a Kiev en un esfuerzo por mantener la estabilidad en la región mientras la guerra sigue su curso. Sin embargo, con cada movimiento de la OTAN, Moscú responde con advertencias. El enfrentamiento, hasta ahora indirecto, amenaza con cruzar una línea que podría arrastrar al mundo a un conflicto aún más devastador.