La nueva "bestia" de Putin se convierte en la peor amenaza de la OTAN
Los llamados Oreshnik, fabricados por Moscú, pueden llevar seis ojivas, cada una armada con seis submuniciones, para un total de 36.

En noviembre pasado, Rusia lanzó un nuevo tipo de misil contra Ucrania. Moscú estrenó el misil balístico de medio alcance Oreshnik (que significa "avellano" en ruso) en un ataque contra Dnipropetrovsk. Aunque solo se utilizó contra submuniciones inertes, marcó un nuevo intento del presidente ruso, Vladímir Putin, de mostrar su disposición a intensificar la ofensiva.
Los llamados Oreshnik, fabricados por Moscú, pueden llevar seis ojivas, cada una armada con seis submuniciones, para un total de 36, según sugieren las imágenes del ataque y el análisis de imágenes satelitales, ha informado Foreign Policy. A medida que el misil desciende hacia la Tierra, puede dispersar estas submuniciones para cubrir un área amplia con explosivos.
Según resalta el mismo medio, es casi seguro que el Oreshnik puede equiparse con ojivas nucleares, y muchos expertos han centrado su análisis principalmente en estas capacidades y en el papel que desempeña el misil en la señalización nuclear de Putin. Sin embargo, se ha hablado relativamente poco sobre las capacidades convencionales del Oreshnik y cómo podrían facilitar un cambio en la estrategia de objetivos de Rusia en una posible guerra futura con la OTAN.
El presidente ruso aseguró en una entrevista el pasado diciembre que una cantidad adecuada de los nuevos misiles balísticos prácticamente reduce al mínimo la necesidad de que las Fuerzas Armadas tengan que hacer uso de armamento nuclear. "La existencia de un número suficiente de estos modernos sistemas de armas hace que la necesidad de utilizar armas nucleares sea prácticamente nula", dijo.
En este punto, Putin ha matizó que Moscú "no está endureciendo" la doctrina nuclear, sino que la está "mejorando"; y recalcó que, pese a todo, Rusia no debería centrar sus esfuerzos en esto, sino más bien en mejorar y perfeccionar las capacidades de los sistemas Oreshnik.
En un conflicto donde las fuerzas están dispersas en extensas áreas, como en el caso de Ucrania, un misil costoso como el Oreshnik es una mala opción, apunta el mismo medio. Sin embargo, el Oreshnik es perfectamente lógico para atacar objetivos densos como bases aéreas, donde sus submuniciones convencionales pueden causar daños considerables.
En una supuesta guerra rusa contra la OTAN, es probable que Rusia ataque las bases aéreas de la alianza en los primeros días del conflicto, ya que "es plenamente consciente de la superioridad aérea de la OTAN y espera dar a sus fuerzas un respiro destruyendo, o al menos retrasando, su capacidad de respuesta".