La mega presa del tamaño de Londres que amenaza con una guerra internacional

La mega presa del tamaño de Londres que amenaza con una guerra internacional

Su construcción está poniendo en jaque una de las zonas más castigadas por el cambio climático en el norte de África.

Gran Presa del Renacimiento (Etiopía)Getty Images/iStockphoto

En los últimos años, las tensiones geopolíticas en numerosos puntos del mundo han desembocado en conflictos armados que han hecho saltar por los aires la estabilidad que reinaba -en mayor o menor medida- a nivel global. 

Hasta el momento, todos los conflictos han estado marcados por la pugna por territorios (legítima o ilegítimamente reclamados por unos u otros), materias primas como el petróleo o el gas, fundamentales en el día a día en el mundo actual, o en menor medida, pero en los últimos tiempos muy recurrente, luchas por el control de zonas ricas en litio o tierras raras, muy cotizadas actualmente.

Pero hasta el momento, un bien vital como es el agua, no ha sido el detonante de ningún conflicto armado... hasta ahora, que podría desatarse más pronto que tarde. ¿El motivo? La construcción de la Presa del Gran Renacimiento que lleva levantándose en Etiopía desde el año 2011.

Esto ha provocado que Egipto tome cartas en el asunto, ya que consideran que el impacto negativo que puede tener para sus intereses sería incalculable, y desde hace unos meses, la tensión entre ambos países ha aumentado de forma considerable, y ya ha amenazado con contraatacar con una respuesta armada.

El agua: un bien vital en una situación crítica

Por un lado, es cierto que cada país puede explotar los recursos que haya dentro de sus fronteras, tanto como desee siempre que se respete la -en muchos casos, laxa- legalidad internacional. Pero esta explotación puede que, en determinados casos, afecte también a otros países, siendo este un motivo más que probable de escalada de tensión entre estados.

En este caso concreto, al hablar del agua hay que tener en cuenta algunos aspectos claves, como pueden ser los fenómenos extremos que se están produciendo en todo el mundo como consecuencia del cambio climático. Estos están condicionando cada vez más el día a día a nivel mundial: sequías, temporales e inundaciones sin precedentes o derroches y desperdicios de ingentes cantidades de agua.

Con el objetivo de paliar y asegurar las necesidades básicas de sus poblaciones, todos los países optan por levantar presas que puedan retener el agua y regular los flujos que cada vez son más imprevisibles.

Volviendo al tema de la presa etíope, cuya construcción fue iniciada en 2011, hay que destacar que presenta unas dimensiones del tamaño de Londres, con dos kilómetros de largo y con esclusas de hasta 145 metros de altura. Se ha convertido en la presa más grande de toda África, y durante el pasado año alcanzó su nivel máximo de agua embalsada.

Entre los beneficios que Etiopía espera obtener con esta presa se encuentra el hecho de duplicar la generación eléctrica del país, pudiendo dotar de electricidad al 60% de su población (70 millones de personas) y poder exportar una parte a sus países vecinos.

El Nilo, fuente de conflicto

Pero si nos centramos en el principal problema que ha desatado su construcción se encuentra el hecho de que la presa concentra en torno al 85% del caudal del Nilo que desemboca en Egipto, algo que podría provocar que el nivel de agua disminuya hasta poner en jaque algunos de los sectores principales como son la producción de algodón o incluso el suministro humano en los duros y largos períodos de sequía.

Ante esta situación, El Cairo ya ha denunciado que el caudal del Nilo ha disminudo en torno al 2% en los últimos años, y podría agravarse hasta hacer desaparecer 800 km cuadrados de terreno.

Egipto apela a los acuerdos alcanzados en 1929 y 1959, en los cuales se establecieron las cuotas de agua pertenecientes a cada país, así como un derecho a veto de Egipto acerca de proyectos de este tipo. Pese a estar vigente el acuerdo, este tratado no fue reconocido por Etiopía. Esta postura se ha encontrado con la oposición total de EEUU, quien amenazó en el pasado a Adis Abeba con eliminar las ayudas humanitarias enviadas por Washington.

Con todos estos condicionantes, se abre un nuevo escenario a nivel mundial, que podría saldarse con el inicio de un nuevo conflicto armado en África y que podría tener graves consecuencias y extenderse alrededor del mundo, como puede ser el caso de China o India.