La isla perdida del Pacífico que busca patrocinador
Se trata de una iniciativa sin precedentes y con la que se pretende dar un vuelco a una situación complicada.
La isla de Niue, ubicada en el Océano Pacífico se encuentra en un momento clave de su historia debido a la última decisión adoptada por su primer ministro, Dalton Tagelagi. La peculiaridad de la isla, totalmente aislada y rodeada por miles de kilómetros de agua, unido a una mala práctica llevada a cabo por algunos visitantes, ha obligado a las autoridades del país a tomar cartas en el asunto.
Para ello, Tagelagi ha diseñado un plan rompedor que consiste en atraer patrocinadores a su isla. Esta idea está pensada para que, tanto particulares como empresas protejan un kilómetro cuadrado de océano a cambio de 148 dólares. Con esta medida se espera acabar o reducir en gran medida la pesca ilegal y el vertido de plásticos durante 20 años, que está empezando a ser un asunto preocupante en la zona.
Con esta medida, la isla pretende recaudar algo más de 18 millones de dólares, vendiendo el patrocinio de 127.000 kilómetros cuadrados, lo que supone el 40% de sus aguas que además forman un espacio marino protegido, donde la pesca es ilegal.
El primer ministro aseguró en una entrevista a The Associated Press que sus ciudadanos tienen un enrome vínculo con el mar históricamente por razones geográficas y de supervivencia, ya que supone su principal sustento. "Estamos rodeados por el océano y vivimos del océano".
El cambio climático, en el foco del problema
Por todo ello aseguró que sus habitantes han aprendido durante generaciones a mantener una relación íntima con el océano, y esa relación quiere poder perpetuarla con las generaciones venideras, algo para lo que es fundamental el buen cuidado de los mares así como tener una mayor concienciación de lo que supone el cambio climático y el impacto del factor humano en el medioambiente.
“Debido a toda la pesca ilegal y todas las demás actividades en este momento, pensamos que deberíamos tomar la iniciativa y enseñar a otros que tenemos que proteger el océano”, informó Tagelagi. Además, aseguró que su isla es especialmente vulnerable ante los aumentos del nivel del mar fruto de la crisis climática debido a las fuertes tormentas tropicales que pueden asolar su territorio.
Es por esto por lo que esta medida toma un papel fundamental en el devenir de esta población de tan solo 1.700 personas y cuyos nativos son conocedores de que necesitan ayuda externa para superar las adversidades a las que se enfrentan.
Así pues, filántropos como Lyna Lam y su esposo Chris Larsen o profesores y catedráticos de las mejores universidades como SImon Thrush, profesor de ciencias marinas en la Universidad de Aucklan, Nueva Zelanda, ven esta idea con muy buenos ojos.