La flota fantasma de Irán cuela el petróleo prohibido por las teteras chinas
Una fórmula para evitar las sanciones de Estados Unidos.
A pesar de las sanciones que ha impuesto Estados Unidos para que se reduzcan las exportaciones de petróleo y también golpear la economía de Irán, aliado clave de Hamás en plena guerra con Israel, Teherán ha encontrado una vía para burlar el castigo y que China, su principal cliente, pueda seguir nutriéndose del combustible iraní.
Según El Economista, las importaciones de petróleo iraní desde China ha registrado un aumento significativo desde principios de 2023, hasta alcanzar un promedio de 1,05 millones de barriles diarios. En octubre, para alimentar la demanda insaciable del carburante en China, se registró un récord de 1,45 millones de barriles al día.
Para conseguir estas cifras, Irán y China han diseñado lo que parece una ruta clandestina para eludir las sanciones de Estados Unidos. Se trata de una flota 'fantasma' de barcos iranís que desaparecen de los radares, muchas veces al cruzar el Estrecho de Malacca, cuando a través del Mar de China Meridional ponen rumbo a la provincia china de Shandong, hogar del 70% de la capacidad total de refinación de crudo del país asiático.
Lo hacen en las conocidas como 'teteras' ('teapots' en inglés), pequeñas refinerías que compran el petróleo a Irán y cuyo impacto en el sistema financiero global es tan pequeño que apenas se vigila su gestión. Eligen el crudo iraní porque por la compra de cada barril les ofrecen un descuento de hasta 30 dólares, un imán para estas compañías. Una estrategia similar a la puesta en marcha por Rusia, que también ha reducido sus precios para sortear las sanciones occidentales y que ha provocado un aumento de las exportaciones hacia países como India y China.