Kemal Kilicdaroglu, un hombre tranquilo para acabar con 20 años de Erdogan
Fue elegido en 2010 como presidente del Partido Republicano del Pueblo (CHP), el principal de la oposición y heredero de los principios laicos del fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal "Atatürk".
El socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, de 74 años y de modales modestos y afables, afronta en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales turcas de este domingo una nueva, aunque difícil, oportunidad de acabar con 20 años de poder del actual presidente, Recep Tayyip Erdogan.
Kiliçdaroglu fue elegido en 2010 como presidente del Partido Republicano del Pueblo (CHP), el principal de la oposición y heredero de los principios laicos del fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal "Atatürk".
Nacido en el seno de una humilde familia aleví en la provincia de Tunceli, en el este de Turquía, Kiliçdaroglu hizo carrera en el funcionariado público y llegó a dirigir durante años la seguridad social turca.
Durante la campaña para la primera vuelta, uno de sus puntos fuertes han sido los vídeos que ha dirigido a sus seguidores desde la cocina de su modesto piso en Ankara.
"Viviré como uno de vosotros. No voy a vivir en palacios de mil habitaciones", ha llegado a decir en esos mensajes, en clara alusión al lujoso estilo de vida de Erdogan.
Sus seguidores lo llaman Ghandi por su estilo reposado y pacífico, y el apodo se popularizó en junio de 2017, cuando inició una marcha a pie de 450 kilómetros, desde Ankara hasta Estambul, para protestar contra el creciente autoritarismo de Erdogan.
Sin embargo, al quedar casi cinco puntos por debajo de Erdogan en la primera vuelta, con un 44,9 %, su tono se han endurecido y ha adoptado un discurso mucho más nacionalista, especialmente contra la presencia de los 3,5 millones de refugiados sirios en el país.
Se trata de un obvio giro táctico, ya que debe conquistar a ese 5,2 % de los votantes que en la primera vuelta marcaron el nombre del tercer candidato, Sinan Ogan, un ultranacionalista turco que hizo de la lucha contra la inmigración uno de sus principales caballos de batalla.
Ogan ha declarado su apoyo a Erdogan para la segunda vuelta, pero los dos partidos que respaldaron su candidatura han pedido el voto para Kiliçdaroglu, aunque no es seguro cuánta influencia estas declaraciones tendrán en los votantes.
Kiliçdaroglu tuvo muchos críticos dentro de su partido y también fuera de él, y meses antes de las elecciones se le definió como "el candidato que no puede ganar", pero consiguió imponerse al forjar la coalición política más amplia de la historia de Turquía, reuniendo a partidos de tendencias muy diversas.
El CHP se ha aliado con el nacionalista IYI y con cuatro formaciones menores, el islamista SP, el DP de centroderecha, el DEVA del antiguo ministro de Economía del AKP, Ali Babacan, y el Partido del Futuro de Ahmet Davutoglu, quien durante años ocupó el cargo de ministro de Exteriores y primer ministro con Erdogan.
Además, el partido izquierdista y prokurdo HDP ha decidido no presentar candidato presidencial propio y apoyar a Kiliçdaroglu, siempre con el mismo objetivo: acabar con el "gobierno unipersonal" de Erdogan y revertir el sistema presidencialista impuesto tras un referéndum en 2017 que otorgó enormes poderes al jefe de Estado.
La promesa de Kiliçdaroglu es simple: "Reconstruir Turquía, mejorar la democracia, el Estado de derecho, luchar contra la pobreza, el desempleo y la corrupción".
Erdogan ataca a Kiliçdaroglu con una retórica religiosa y nacionalista llegando a definirlo como "caballo de Troya de los imperialistas" y "aliado de los terroristas", por haver aceptado el apoyo implícito del HDP, al que la derecha turca considera el brazo político del PKK, la guerrilla kurda de Turquía.
El presidente ha difundido incluso videomontajes que muestran al PKK aplaudiendo a Kiliçdaroglu, lo que ha llevado a fuertes polémicas en los últimos días de campaña para la segunda vuelta.
Bajo el liderazgo de Kiliçdaroglu, el CHP, que dominó la política turca hasta la década de 1970, ya hizo tambalear la imagen de "líder imbatible" de Erdogan en las elecciones municipales de 2019, en las que las principales ciudades del país, como Ankara, Estambul y Esmirna, pasaron a ser gobernadas por ese partido.
Kiliçdaroglu promete devolver a Turquía la democracia plena y la libertad de prensa y reparar las tensas relaciones con Estados Unidos, con la OTAN y con la UE, respetar todas las identidades del país y unir nuevamente el polarizado país.
Pero frente a la necesidad de añadir 2,6 millones de votos a los que obtuvo en primera vuelta -mientras que a Erdogan le bastan 400.000- la probabilidad de llegar a la presidencia es escasa.