Jacinda Ardern, tras anunciar su dimisión: "He dormido bien por primera vez en mucho tiempo"
Denuncian amenazas y acoso "sin precedentes" hacia la ex primera ministra de Nueva Zelanda antes de dimitir
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha confesado que siente cierto alivio y que ha podido dormir bien por primera vez en mucho tiempo después de haber anunciado su renuncia del cargo.
Entre una "gama de emociones", la todavía mandataria neozelandesa ha compartido que también está triste, si bien no duda de su decisión, que anunció el pasado miércoles en una rueda de prensa, según ha recogido el diario Stuff.
"He dormido bien por primera vez en mucho tiempo. Pero estoy entre una gama de emociones. Me siento triste, pero también tengo un sentido de alivio", ha relatado Ardern en respuesta a las preguntas de la prensa.
Asimismo, ha detallado que ella y su familia se sienten abrumados por las respuestas que ha recibido tras su anuncio, ya que personas de todo el país, así como líderes internacionales, le han dedicado algún mensaje a la mandataria.
Denuncian amenazas y acoso "sin precedentes"
Prominentes figuras políticas y públicas de Nueva Zelanda denuncian que Ardern fue sometida a un acoso y amenazas "sin precedentes" que no hizo sino ir en aumento en los últimos años.
La exprimera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, la primera mujer en ocupar el cargo en el país, afirmó que Ardern se había enfrentado a un nivel de ataques "sin precedentes" durante su mandato, que empezó en 2017, siendo reelegida en 2020.
"La presión sobre los primeros ministros siempre es alta, pero en la era de las redes sociales, el 'clickbait' y las noticias durante 24 horas los 7 días de la semana, Jacinda ha sido sometida a un nivel de odio y acoso que para mí no tiene precedentes en nuestro país", aseguró Clark tras el anuncio de Ardern.
Por su parte, la dirigente del Partido Maorí, Debbie Ngarewa-Packer, definió a Ardern como una "líder excepcional" que "ha sido sacada del cargo por el constante vilipendio" del que ha sido objeto. "Su familia ha hecho frente a los ataques más feos posibles durante los pasados dos años", denunció Ngarewa-Packer.
La Policía de Nueva Zelanda informó el pasado junio de que las amenazas contra Ardern se habían casi triplicado en los últimos tres años, en parte debido al movimiento anti-vacuna -que protagonizó protestas masivas en 2022- y a la oposición a la legislación para regular las armas de fuego tras el atentado de Christchurch en 2019.
Durante el pasado año, las apariciones públicas de Ardern han atraído cada vez más grupos de oponentes, en ocasiones abusivos, publica este viernes Radio New Zealand, que añade que "varios hombres fueron detenidos por amenazar con asesinar" a la dirigente en 2022.
La directora del Proyecto contra la Desinformación en Nueva Zelanda, Kate Hannah, declara a este medio que "la misoginia y la violencia dirigidas contra Ardern no solo ha aumentado en volumen en los últimos dos años", sino que también se ha vuelto más peligrosa".
El estilo de Ardern
Ardern, de 42 años, asumió el cargo como primera ministra en agosto de 2017, convirtiéndose en la persona más joven de la historia del país en ostentar el cargo.
Llevó de la mano en 2017 al Partido Laborista de sus peores cotas de popularidad al poder, básicamente a golpe de un carisma que las encuestas le siguen respetando en líneas generales a día de hoy, a pesar del desgaste sufrido en los últimos meses por variable económicas como la inflación.
Los laboristas, que repitieron victoria en 2020, basaron su crecimiento exponencial en una líder que no dudó en reivindicarse como feminista, republicana y progresista, y que se asemejaba a la nueva generación de dirigentes mundiales que, como el francés Emmanuel Macron o el canadiense Justin Trudeau, pedían paso en un escenario cambiante.
Crítica con la inmigración y partidaria de nuevas regulaciones comerciales, Ardern vivió su gran desafío político con la pandemia de COVID-19. Aplaudida primero por la capacidad de su Gobierno para reducir a prácticamente cero los casos, la estrategia se demostró inaplicable con la irrupción de variantes más contagiosas.
La pandemia también marcó en cierta medida su vida personal, ya que Ardern se vio obligada a cancelar su boda tras anunciar nuevas restricciones. "No soy diferente a otros miles de neozelandeses", dijo en enero de 2022 la aún primera ministra, que sigue sin haber contraído matrimonio.