Investigadores desmienten uno de los grandes bulos sobre el submarino Titán
Los documentos falsos se difundieron en las redes sociales.
Está a punto de cumplirse un año de la trágica implosión del submarino Titán en la que fallecieron cinco personas. El submarino, fabricado por la empresa OceanGate, desapareció en el Atlántico Norte el 18 de junio de 2023 y poco después se supo que había implosionado, matando a todos los pasajeros que se encontraba en su interior.
Tras el suceso, se difundió en Internet, sobre todo en YouTube y TikTok, una supuesta transcripción de las últimas comunicaciones entre el Titán y su nave nodriza, el Polar Prince, en las que se advirtió al buque de alarmas relacionadas con el estado del casco.
Una transcripción bien hecha, pero falsa
Sin embargo, el capitán Jason D. Neubauer, jefe del equipo gubernamental estadounidense que investigó la catástrofe, desmiente este hecho. "Estoy seguro de que es una transcripción falsa... se inventó", ha declarado en el New York Times. Tras un año de investigación, el experto asegura que su equipo "no había encontrado evidencia" de que los viajeros de Titán fueran conscientes en ningún momento de la inminente implosión o de su destino.
Neubauer reconoce que estas comunicaciones falsas están bien hechas, lo suficiente para engañar a todo el mundo. "Alguien lo hizo lo suficientemente bien como para que pareciera verosímil. La transcripción hacía que pareciera que estaban entrando en pánico", asegura. Pero el equipo de investigadores ha tenido acceso a las grabaciones reales, que siguen siendo confidenciales, y ha descubierto que ellos no eran conscientes de lo que ocurriría.
Estos hallazgos tienen como finalidad aportar cierto consuelo a las familias de los fallecidos, ya que no fueron presas del pánico en sus últimos momentos de vida. No obstante, estas son todavía las primeras revelaciones del estudio, mientras que su informe final podría tardar años en ver la luz.
Y es que, según el jefe de la Junta de Investigación Marina, esta investigación es muy compleja debido a la falta de testigos del desastre, la difícil extracción de datos de los dispositivos electrónicos y el hecho de que el lugar en el que sucedió todo está ubicado frente a la costa de Canadá, en aguas internacionales.