¿Ha habido intromisión extranjera en las elecciones de EEUU? Esto dicen los expertos
El Atlantic Council constata que ha habido más ataques que en 2016 y 2020, pero que el sistema estadounidense ha estado más preparado en esta ocasión.
El objetivo es el votante. Rusia, China, Irán y otros actores considerados maliciosos por Estados Unidos han intentado interferir en la campaña de las las elecciones estadounidenses de hoy. Era lo esperado pero, ¿en qué grado se ha producido esa injerencia?
Una investigación del Laboratorio de Investigación Forense Digital (DFRLab) del Atlantic Council, difundida esta noche, ha repasado las tendencias en línea junto con las declaraciones de los Gobiernos, las empresas privadas y la sociedad civil en un informe que tiene una conclusión clara: "los esfuerzos malignos de este año superan en muchos sentidos a las campañas de influencia anteriores en sofisticación y alcance, si no en impacto, y se espera que continúen mucho después del cierre de las urnas".
"En términos de volumen, la interferencia extranjera en las elecciones estadounidenses de 2024 ya ha superado la escala de las operaciones adversarias tanto de 2016 como de 2020", detalla el tanque de pensamiento norteamericano. Los ataques han sido diversos. Cada adversario de EEUU "aprovechó sus puntos fuertes". Por ejemplo, Irán y China "intentaron vulnerar las campañas presidenciales mediante operaciones de piratería y filtración de información que suscitaron inquietudes sobre sus capacidades cibernéticas durante y después de las elecciones".
No obstante, el país "está más preparado que en ciclos electorales anteriores", según se extrae de esta observación masiva. Las acciones de Rusia en 2016, recordemos, "hicieron que la interferencia extranjera fuera un temor vívido para millones de estadounidenses". "Ocho años después, el Gobierno estadounidense está denunciando y neutralizando esas acciones, a veces en tiempo real", añaden los expertos.
"Las acciones combinadas de los departamentos de Justicia, Tesoro y Estado de Estados Unidos contra dos intentos conocidos de interferencia rusa fueron la mayor acción proactiva del Gobierno tomada contra los intentos de influencia electoral antes de una elección", defienden.
Por detallar, en el caso ruso, los funcionarios estadounidenses calificaron esta semana a Moscú como "la amenaza más activa" para estas elecciones que enfrentan a Donald Trump (republicano) y a Kamala Harris (demócrata), y es fácil entender por qué si se revisa este informe especial. Destaca "el esfuerzo de diez millones de dólares de Rusia para infiltrarse en los medios estadounidenses de extrema derecha e influir en ellos", junto con la red Doppelganger, que ha difundido "decenas de miles de historias falsas y vídeos preparados con la intención de socavar la integridad electoral en los estados clave de Pensilvania, Georgia y Arizona". Cada vez más "desesperados", los actores rusos incluso han intentado cerrar lugares de votación individuales con falsas amenazas de bomba, añade el Atlantic Council.
Mientras tanto, China se ha centrado en "las elecciones de menor importancia en lugar de las presidenciales para atacar a políticos anti-China específicos". Utilizando personajes estadounidenses falsos e inteligencia artificial generativa, han aparecido operaciones vinculadas a Pekín en más de 50 plataformas distintas. "Las campañas atribuidas a China aparecieron con moderación" en la plataforma de propiedad china TikTok y con mucha más frecuencia en Facebook y X, ahonda el documento.
Los objetivos
¿Qué es lo que se buscaba con esta campaña mundial? Claramente, el objetivo principal ha sido "erosionar la fe de los estadounidenses en las instituciones democráticas y aumentar el caos y la división social", explica Kenton Thibaut, una de las autoras, para así "socavar la capacidad del Gobierno estadounidense de funcionar para que tenga menos ancho de banda para contener a los poderes adversarios".
"Es probable que algunos de los relatos y vídeos falsos y ya desacreditados que circulan antes de las elecciones sigan siendo amplificados por actores extranjeros amenazantes mucho después del 5 de noviembre", predice, por su parte, Dina Sadek, otra de las analistas.
Se espera ver actividad en torno a la presentación de certificados de verificación de los datos, el 11 de diciembre, tras la reunión del 17 de diciembre de los electores para emitir formalmente sus votos y hasta el día de la investidura el 20 de enero.
Puede que incluso más: en un período posterior a las elecciones, si los resultados son cuestionados, sobre todo por los republicanos, hay una "alta probabilidad" de que los actores extranjeros "crucen un umbral serio" desde los intentos previos a las elecciones de influir ampliamente en la opinión pública estadounidense al servicio de sus intereses geopolíticos hasta la "interferencia directa" al tratar de movilizar a los estadounidenses para que participen en protestas o incluso en actos de violencia. Son palabras del estratega Graham Brookie.
Sin embargo, señala que el gran volumen de esfuerzos de influencia extranjera observados durante el ciclo electoral de este año hasta ahora no parece haber tenido un impacto significativo en términos de cambiar las opiniones o el comportamiento de los estadounidenses.
Las consecuencias de la desinformación extranjera deben evaluarse en relación con "las falsedades mucho más virales, sofisticadas y peligrosas que los estadounidenses difunden entre ellos el día de las elecciones", concluye Emerson T. Brooking, el último de los redactores del estudio.