Francia y Marruecos sellan un pacto vigilado por España
Emmanuel Macron y el rey Mohamed VI fortalecen las relaciones de ambos países con la firma de 22 acuerdos estratégicos en sectores con interés español.
Las relaciones diplomáticas entre Francia y Marruecos han recobrado el pulso después de que ambos países hayan firmado 22 acuerdos que consolidan una asociación estratégica en sectores clave como infraestructuras, energía y transporte, entre ellos un ambicioso proyecto del tren de alta velocidad y una apuesta muy seria por el hidrógeno verde.
Precisamente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, de gira oficial por Marruecos, y el rey Mohamed VI, han reflejado en una declaración publicada con motivo de la llegada del mandatario francés a Rabat, la "asociación excepcional" que mantienen ambos países. Ambos dirigentes han abogado por una "transición hacia una nueva era de relaciones sólidas, en el marco de una asociación excepcional renovada y de una hoja de ruta estratégica para los años venideros", ha dicho la Casa Real marroquí en un comunicado.
Macron ha publicado además un escueto mensaje en X en el que destaca el "nuevo capítulo" en las relaciones. "Este día en Rabat abrimos un nuevo capítulo en la larga historia entre Marruecos y Francia para la próxima generación", ha destacado.
La firma de estos 22 acuerdos entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, consolida una asociación estratégica que confirma la influencia creciente de París en la modernización de infraestructuras clave que se han proyectado desde Rabat, proyectos sobre los que España tiene algún interés y que ha encendido las alarmas desde el otro lado del Estrecho, desde donde se vigilará su avance debido a su impacto potencial en el liderazgo energético y comercial de la región.
Expansión del tren de alta velocidad
Uno de los principales acuerdos firmados por Francia y Marruecos afecta al desarrollo de la red de alta velocidad entre Kenitra y Marrakech, un corredor de unos 450 kilómetros y que se prevé que esté operativo en 2030. El proyecto, con un coste estimado de 3.000 millones de euros en obra civil y sistemas de seguridad, se ha adjudicado a las empresas francesas Egis Rail y Systra, en colaboración con la marroquí Novec, lo que deja fuera a la española Ineco, pese a haber presentado una oferta más económica.
La estrategia ferroviaria de Marruecos, con una inversión total de 35.000 millones de euros, contempla la conexión por tren de 43 ciudades, 12 puertos y 15 aeropuertos, así como garantizar el acceso ferroviario al 80% de la población en los próximos 16 años. Por ello, en los acuerdos franco marroquís también se incluye la compra de 168 trenes, de los cuales 18 serán de alta velocidad, en un concurso en el que participan las empresas españolas Talgo y CAF compiten con Alstom, Hyundai y CRRC.
El hidrógeno verde, clave en la transición energética
Marruecos también se ha lanzado a la ambiciosa carrera por la producción de hidrógeno verde, una energía limpia que se crea a partir de energías renovables. Con una oferta de terrenos públicos de 300.000 hectáreas, en el sur del país, el gobierno pretende captar inversión extranjera y liderar en el sector en África. Entre las empresas interesadas están Enagás o Iberdrola, mientras que la francesa TotalEnergies ya anunció en 2022 una inversión de 9.400 millones de euros en una planta destinada a exportar energía a Europa.
El hidrógeno verde producido en Marruecos tiene el potencial de satisfacer hasta el 5% de la demanda europea para 2050, según un estudio de la Comisión Europea. A pesar de las ventajas, la producción requiere grandes cantidades de agua, pero Rabat garantiza su suministro a una industria en crecimiento con la construcción de nuevas desaladoras y el aprovechamiento de las actuales, todo un desafío en un país que sufre sequías históricas.
Tanto la renovación de las relaciones diplomáticas de París y Rabat como la adjudicación de los 22 contratos se producen después del respaldo explícito de Emmanuel Macron a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, quien afirmó que el plan marroquí es "la única base" para una solución al conflicto. El giro de la política francesa deja a España en un segundo plano que puede dificultar las aspiraciones españolas en el país magrebí.