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Europa asume el fin de la OTAN y busca respuestas al mayor temor: ¿cómo defenderse?

Europa asume el fin de la OTAN y busca respuestas al mayor temor: ¿cómo defenderse?

Siga o no existiendo, Donald Trump ha dejado claro que puede no abandonar la OTAN, pero eso no significa que vaya a cumplir sus compromisos.

Donald Trump, en una cumbre de la OTAN.Sean Gallup

Apenas un par de horas después de alzarse con la victoria en las elecciones alemanas, el futuro canciller alemán, Friedrich Merz, dijo en televisión que, tras haber escuchado a Donald Trump, estaba convencido de que a la nueva Administración estadounidense "no le importa mucho el destino de Europa". Merz, un devoto defensor de la alianza transatlántica, fue un paso más allá al sembrar dudas sobre el futuro de la OTAN. No supo aventurar si en la próxima Cumbre del mes de junio se seguirá "hablando de la OTAN en su forma actual". No era un temor infundado. Desde su primer mandato como presidente, Donald Trump ha ido sembrando dudas de manera sistemática sobre el porvenir del Tratado de Washington.

Hace un año, Donald Trump recordó durante un acto de campaña en Carolina del Sur una supuesta anécdota de su primera etapa en la Casa Blanca. "El presidente de un gran país — relató Trump — se puso de pie y dijo: ‘Bueno, señor, si no pagamos y somos atacados por Rusia, ¿nos protegerá?’ ‘No, no los protegería. De hecho, los alentaría a hacer lo que les dé la gana’. Tienen que pagar. Tienen que pagar sus cuentas". Solo Trump, y su presunto interlocutor, sabe si esta conversación existió, pero desde luego se corresponde con su obsesión por la escasa inversión en Defensa de los países europeos. En julio de 2024, el Financial Times recordaba la "caótica" cumbre de la OTAN de 2018, aquella en la que Trump amenazó con salirse si el resto de miembros no se comprometían a "aumentar el gasto en defensa". "Nos retiraremos y no defenderemos a quienes no lo han hecho", dijo el presidente por teléfono a su asesor de seguridad nacional.

Ahora, tras su reciente reprimenda delante de las cámaras al presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, ha sido el magnate Elon Musk, miembro además del Gobierno estadounidense, quien ha abogado por no solo dejar la OTAN sino también Naciones Unidas. Si bien Musk acostumbra a cacarear en redes cualquier ocurrencia, sea o no posición de su Gobierno, lo cierto es que los líderes europeos no podrían mostrar estupor si algo así llegara a pasar. Hace unos días, y tras escuchar en la Conferencia de Seguridad de Munich al secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, un alto funcionario del Gobierno alemán dijo al The New York Times que no existe ninguna razón para suponer que Trump acudiría en defensa de un país de la OTAN. Durante su intervención, Hegseth no solo comentó que su país no consideraría la adhesión de Ucrania al Tratado, sino que dejó "claro" que, "en el marco de cualquier garantía de seguridad, no se desplegarán tropas estadounidenses en Ucrania". "La protección de la seguridad europea debe ser una prioridad para los miembros europeos de la OTAN. En este contexto, Europa debe proporcionar la mayor parte de la ayuda letal y no letal a Ucrania en el futuro", dijo para apoyar la idea de que todos los miembros de la Alianza deben destinar el 5% de su PIB en Defensa.

Pese a la vaguedad de sus palabras, tras la Conferencia de Munich, la diplomacia europea fue consciente de que, antes o después, a Trump se le puede ocurrir, si no abandonar la OTAN, sí retirar las tropas estadounidenses de Europa. Y, además, ¿qué sentido podría tener la Alianza si su principal miembro, Estados Unidos, puede no acudir en apoyo de los demás si son agredidos? En su artículo 5, el Tratado de Washington establece que "las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas". Pero nadie está en disposición de asegurar que Trump piensa lo mismo. "La OTAN — comentan en un editorial de The Guardian — se basa en la convicción de que los países cumplirán los compromisos que asuman. Esa confianza no puede existir mientras Trump sea presidente".

Pese a todo, para Trump no todo serían ventajas con relación a una salida de la OTAN, acaso a un deterioro. Según publica The Washington Post, "la amplia presencia militar estadounidense va mucho más allá de proteger a Europa. También tiene que ver con proyectar el poder estadounidense y servir a sus intereses. La base aérea de Ramstein en Alemania, un centro crítico de operaciones de Estados Unidos en Europa, se ha utilizado regularmente para operaciones estadounidenses fuera del continente".

La realidad, sin embargo, es que Europa, consciente de lo que se avecinaba, se encuentra ahora en una situación similar al shock, ya fuera por ineficacia o por una ilusoria confianza primero en Joe Biden y después en Kamala Harris. Los principales líderes europeos trataron de ponerse manos a la obra apenas pocos meses antes de la victoria de Trump. "Europa debe gastar más, gastar mejor y gastar europeo", decía entonces la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En marzo de 2024, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, aseguraba que Europa pasaría "al modo de economía de guerra para la industria de Defensa". Pero era tarde.

"En lugar de planificar, Europa esperó a que ocurriera lo peor. Fue un error. Ahora no tiene tiempo que perder y no puede permitirse el lujo de entrar en pánico"
SOPHIA BESH Y LIANA FIX EN ZEIT

El pasado mes de noviembre, Sophia Besh, experta en política de defensa europea, y Liana Fix, historiadora y politóloga especializada en política exterior alemana, política europea de Europa del Este y Rusia y Relaciones Transatlánticas, escribían en Zeit sobre la parálisis europea: "No es que Europa no haya pensado en el regreso de Donald Trump. Cuando quedó claro que se presentaría a la reelección en 2024, se inició un debate en todas las capitales europeas. Los políticos y funcionarios hablaron sobre la necesidad de prepararse exactamente para el escenario que ahora enfrentan. Sin embargo, todo terminaba aquí. Las dramáticas consecuencias para la seguridad, la prosperidad y la democracia europeas parecían demasiado abrumadoras. En lugar de planificar realmente, Europa simplemente esperó a que ocurriera lo peor. Fue un error. Ahora los europeos no tienen tiempo que perder y no pueden permitirse el lujo de entrar en pánico".

Besh y Fix apuntaban también posibles soluciones a la guerra de Ucrania. En su artículo, aconsejaban a los líderes europeos a trabajar en un "plan para aumentar el apoyo financiero europeo a Ucrania” y, luego, decirle a Trump que Europa "se hará cargo" de todo este auxilio "si Estados Unidos mantiene un apoyo militar que Europa simplemente no puede proporcionar". También recomendaban un posicionamiento europeo clave en la cumbre de junio de la OTAN. "Los europeos deben asegurarse de que un pilar europeo pueda apoyar a la alianza en caso de emergencia, incluso si Estados Unidos está menos involucrado. Deben poder explicar en términos concretos cómo lograrán una cuota de gasto de defensa del 3%. Los bonos de defensa de la UE serían una forma de lograr esto sin alimentar sentimientos populistas".

Pero más allá de lo que se propongan a un lado y al otro, Europa todavía está lejos de llegar a un consenso sobre lo que debe hacerse. El tiempo apremia y sí, todos comparten la idea de que abandonar a Ucrania es abandonarse como Europa y de que ha de buscarse una solución conjunta si no a la desaparición de la OTAN sí a su reformulación. Lo único que parecen compartir los líderes europeos es que es necesario seguir incrementando el gasto militar. Este jueves, se reúne el Consejo Europeo en lo que puede ser casi un momento fundacional. Y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, les ha propuesto la aprobación del Plan ReArm Europe, "un conjunto de propuestas centrado en cómo utilizar todos los instrumentos financieros a nuestra disposición para ayudar a los Estados miembros a aumentar de forma rápida y significativa los gastos en capacidades de defensa".

En un comunicado este martes, von der Leyen ponía palabras a las preocupaciones europeas. "La cuestión ya no es si la seguridad de Europa está amenazada de forma muy real o si Europa debería asumir una mayor responsabilidad por su propia seguridad. En realidad, hace tiempo que conocemos las respuestas a esas preguntas", dijo, para luego interrogarse "si Europa está preparada para actuar con la decisión que dicta la situación y si está preparada y es capaz de actuar con la rapidez y la ambición necesarias". Europa ha dejado de confiar en la OTAN, consciente de que Trump puede abandonarla cuando así lo estime, o al menos no cumplir sus compromisos. Y la solución que propone la Comisión es, por ahora, solo la del rearme. La pregunta es... ¿De dónde saldrá el dinero?