Un estudio demuestra que la súper ciudad futurista de Arabia será un auténtico “infierno”
El megaproyecto podría tener enormes fallos que comprometan su construcción.
Seguro que han oído hablar del proyecto saudí que pretende construir una megaciudad en el desierto, con capacidad para nueve millones, bautizada como 'The Line'. Pretende ser la primera gran ciudad futurista creada en el mundo con una estructura tan llamativa como insólita, y posiblemente inservible.
Según apunta Rafael Prieto-Curiel en una entrevista a El Confidencial, tanto su tamaño como su disposición son prácticamente incompatibles con una vida satisfactoria y apunta que "hay motivos por los que la humanidad tiene 50.000 ciudades y todas ellas son de alguna manera circulares".
Prieto-Curiel es investigador jefe de 'Argumentos para construir El Círculo y no La Línea en Arabia Saudí" y asegura que esta idea no tendrá futuro para sus habitantes, ya que los 170 km en línea recta y los 200 metros de ancho que se pretenden construir en Tabuk, con rascacielos de hasta 500 metros de alto, no cree que pueda ser viable.
¿Por qué no es viable?
La idea del proyecto -impulsado por Mohamed bin Salmán, príncipe de Arabia y dueño de la empresa constructora, Neom- pretende construir una ciudad autosostenible, respetuosa con las emisiones contaminantes y que cuente con todas las facilidades y servicios básicos a menos de cinco minutos a pie.
Pero esto puede ser más una ilusión que una realidad, ya que según el estudio mencionado, la densidad de población será de 265.000 personas por kilómetro cuadrado, diez veces superior a la de Manhattan.
Este es uno de los principales hándicap que señala Prieto-Curiel, ya que las personas que residan en The Line, se encontrarían, de media a unos 57 km de distancia una de otra, mientras que si la ciudad estuviese pensada para crearse con un radio de 3,3 km, esa distancia se vería reducida a 2,9 kilómetros, siendo esta mucho más asumible para sus ciudadanos, lo que se traduciría en una comodidad mayor para poder moverse a pie.
Precisamente para paliar estas distancias tan largas entre punto y punto, la idea es que la ciudad cuente con un tren de alta velocidad que una ambos extremos, pero este planteamiento tiene letra pequeña: no será de alta velocidad ni eficiente.
Entre los principales argumentos que esgrime, se encuentra el hecho de que la ciudad debería tener 86 estaciones para satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos, además de que los trenes no podrán alcanzar su velocidad máxima debido a la cercanía que habría entre las estaciones, algo que se traduciría en que casi la mitad de la población tardaría en desplazarse mínimo una hora.
En último lugar se encuentra el elevado coste y el impacto medioambiental que provocará la ciudad, ya que The Line es solo una parte del proyecto de Neom, que en total tendrá un coste de unos 500.000 millones de dólares, invertidos en un desierto de 26.500 km cuadrados.
Pero el principal problema en este sentido se encuentra en las ingentes movilizaciones de tierra que se tendrán que llevar a cabo para su construcción, con el enorme impacto medioambiental que ello conllevará.