Este ha sido el último enfrentamiento entre España y Marruecos: ultimátum por un islote
Tuvo lugar en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas entre ambos países.
En julio de 2002, la política internacional entre España y Marruecos estuvo a punto de desembocar en un conflicto militar abierto a causa de la ocupación del Islote de Perejil, una pequeña pero simbólica isla ubicada a tan solo 8 kilómetros de Ceuta.
El incidente, que comenzó con la ocupación de un grupo de soldados marroquíes, llevó al Gobierno español de José María Aznar, a lanzar una operación militar que restauró la autoridad española sobre el islote.
El conflicto comenzó el 11 de julio de 2002, cuando un pequeño contingente de doce soldados marroquíes desembarcó en el islote, levantando tiendas de campaña y desplegando la bandera de Marruecos. La acción fue vista por el Gobierno español como una provocación, especialmente porque tuvo lugar en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas entre ambos países.
Diplomacia y respuesta militar
La ocupación se produjo en medio de una serie de desacuerdos que incluían cuestiones sobre la pesca en aguas marroquíes y la posición española en el conflicto del Sáhara Occidental. España, en respuesta, intensificó la presión diplomática, consiguiendo el apoyo de la Unión Europea y la OTAN.
Sin embargo, Marruecos no cedió a las demandas iniciales, reforzando su presencia en el islote con infantería de marina. Ante la negativa marroquí, el Gobierno español lanzó un ultimátum para la retirada de las tropas, que expiró sin respuesta. Esto dio paso a la Operación Romeo-Sierra, una compleja maniobra militar ejecutada por aire, mar y tierra para retomar el control.
Un momento crítico
El momento más tenso de la operación se produjo cuando una patrullera marroquí, equipada con un cañón de 20 mm, se acercó peligrosamente a la flotilla de helicópteros en plena misión. La rápida reacción de una corbeta española, que obligó a la patrullera a desviar su curso, evitó lo que podría haber sido un desastre.
A las 6:17 de la mañana del 17 de julio, los soldados españoles desembarcaron en el islote, reduciendo sin incidentes a los militares marroquíes. En menos de diez minutos, la situación estaba bajo control. La operación fue un éxito rotundo para España, que recuperó el islote sin bajas significativas. Los soldados marroquíes fueron devueltos a su país, y las tropas españolas izaron la bandera nacional en Perejil, consolidando así su control.
Para España, el incidente de Perejil fue una clara demostración de su determinación para defender sus territorios. Por su parte, Marruecos interpretó la operación como una advertencia implícita sobre la posición española en el norte de África.