España se apunta un tanto en la guerra de las sombrillas de Marruecos
Las mafias que operan en las playas del norte de Marruecos obligan a los turistas a cruzar el estrecho.
En las playas del sur de España, así como en otras regiones costeras como Cataluña y Valencia, se ha vuelto común ver a turistas marroquíes, quienes ahora prefieren pasar sus vacaciones de verano en las playas del vecino del norte debido al desorden generalizado en la mayoría de las playas marroquíes.
Particularmente en las playas de la región de Andalucía, en el sur de España, muchas de ellas se han transformado en playas con mucha presencia de personas marroquíes, que vienen desde Marruecos o incluso de otros países europeos.
Lo curioso es que muchas familias marroquíes, tanto del interior del país como del extranjero, se han organizado para reunirse en ciudades españolas y disfrutar de unas vacaciones conjuntas, una nueva tendencia que refleja el temor a ir de vacaciones an las playas marroquíes, que se han convertido en zonas "salvajes" donde los veraneantes se encuentran incómodos en las playas.
En las playas de España, las familias marroquíes, principalmente procedentes de Bélgica, Holanda, Francia y Alemania se opta por unas vacaciones tranquilas en playas cómodas y económicas, donde no existen redes de extorsión y donde las autoridades son gatantías de seguridad.
Desde el inicio de la temporada veraniega, han circulado en medios marroquíes historias sobre un fenómeno que se da en muchas playas marroquíes, dominadas por redes de alquiler de sillas y sombrillas que operan de manera similar a bandas criminales, recaudando cuotas a la fuerza.
Este fenómeno es especialmente notable en las playas del norte de Marruecos, que cada verano atraen a numerosos marroquíes por su belleza natural, diferenciándose del resto de las playas del país.
La mayoría de estas playas se han convertido en un campo de comportamientos salvajes, respaldados por los municipios que ceden bienes públicos a redes cuasi mafiosas que extorsionan a los veraneantes y les privan de su derecho a disfrutar de sus vacaciones.
Las redes sociales están llenas de videos y testimonios que muestran cómo el Estado marroquí parece incapaz de hacer frente a estas redes de extorsión en las playas, algunas de las cuales incluso amenazan con violencia a los ciudadanos.
El aumento exorbitante de los precios que piden por sentarse en la arena ha llevado a muchas familias a optar por las playas del sur de Marruecos, mientras que las familias con más recursos se dirigen a las playas españolas.
En España hay duchas, sombrillas, sillas y baños, por solo 6 euros al día, mientras que este monto es solo lo que cuesta aparcar el coche en una playa marroquí.
Otro motivo que ha llevado a muchos marroquíes del mundo a preferir las playas españolas, especialmente los jóvenes, es la mayor flexibilidad para usar motos de agua "jetski", cuyo uso ha sido restringido en las playas marroquíes bajo el pretexto de ser utilizadas para la migración ilegal.
