Los escándalos que han marcado la vida de Berlusconi
El empresario y exprimer ministro italiano ha fallecido a los 86 años.
El empresario y político Silvio Berlusconi ha fallecido este lunes a los 86 años, tal y como ha adelantado el diario italiano Il Corriere della Sera. El que ha sido tres veces ministro del país y fundador del grupo Mediaset ha sido una de las figuras más polémicas de la escena política internacional e italiana en las últimas décadas.
A lo largo de su trayectoria, Berlusconi ha sido objeto de numerosas polémicas tanto por su gestión política y su financiación como por los escándalos relacionados con la prostitución e incluso con los abusos de menores.
Algunas de las salidas de tono más sonadas a nivel político tuvieron lugar a comienzos de los 2000. Condenó los atentados del 11-S cargando contra los países árabes y declarando “la superioridad de nuestra civilización”, se vanaglorió de usar “su arte de playboy” con la presidenta finesa Tarja Halonen y posó en la foto oficial de un congreso en Cáceres poniéndole los cuernos a Josep Piqué.
También calificó el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de "demasiado rosa" por la numerosa presencia de mujeres e incluso acusó a China de "hervir a los niños" durante el comunismo.
El caso Ruby y las fiestas 'bunga-bunga'
Sin embargo, uno de los escándalos más sonados y por el que acabó condenado a siete años de prisión fue el conocido como caso Ruby. El magnate fue condenado por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores, aunque la sentencia fue revocada un año después y quedó absuelto.
La marroquí Karima El Mahroug, conocida también como 'Ruby Rompecorazones', acusó a Il Cavaliere de haber mantenido relaciones sexuales con ella a cambio de regalos y dinero cuando era menor de edad. En su argumentación, los magistrados hablaron de "actos sexuales consumados públicamente" en estas fiestas y vieron "probado" que Ruby, cuyo nombre real es Jarima el Mahrug, se prostituyó y mantuvo relaciones "retribuidas" con Berlusconi.
Esto puso al descubierto las llamadas fiestas 'bunga-bunga', unas orgías celebradas en la mansión de Berlusconi en la que un grupo de prostitutas jóvenes, entre otras prácticas, se bañaban en una piscina junto al político y hacían juegos sexuales. Ante este caso, la respuesta de Il Cavaliere fue intentar bajar la edad de consentimiento sexual o establecer que el presidente, primer ministro y presidentes de la Cámara de los Diputados y el Senado estuvieran exentos de juicios si no eran por cargos relacionados con su función.
Finalmente, los testigos y denunciantes empezaron a retractarse y desdecirse, acabando con la absolución del político italiano.
Fraude fiscal y sobornos
Berlusconi sí fue condenado por fraude fiscal, una pena que le costó la inhabilitación política y que marcó el inicio de su decadencia. Un tribunal de Milán le condenó a cuatro años de prisión, de tres a cinco de inhabilitación y a una multa de 10 millones de euros por fraude fiscal en el llamado caso Mediaset.
Los hechos se relacionaban con la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de su grupo audiovisual. Según el tribunal de Milán, no hay duda de que Mediaset aumentaba de forma artificial el precio real de los derechos para evadir dinero al fisco y, de paso, enviarlo a cuentas de Berlusconi en el extranjero. Los jueces estimaron en 12 millones la evasión de Mediaset.
Según sentenciaron entonces los jueces, Il Cavaliere tiene “propensión a cometer delitos". La justicia italiana sí lo acabó absolviendo de corrupción en procesos judiciales por el caso Mills.
La Fiscalía sostuvo entonces que, en 1999, Berlusconi pagó 600.000 dólares al abogado inglés David Mills, que cuidaba de su patrimonio en el extranjero, para agradecerle su "testimonio reticente y falso" en dos juicios anteriores, en 1997 y 1998. La justicia italiana halló culpable a Mills en 2010 tras un proceso de ocho años.
La sentencia indicó que el objetivo del abogado era "el mantenimiento de los ingentes beneficios logrados" por Berlusconi y su empresa, además de garantizar su impunidad.
Berlusconi aseguró que los testimonios de Mills “fueron hostiles” y, por ello, motivaron las dos sentencias de condena “en primera instancia”. Y aclaró que ganaron "en las dos instancias posteriores”. Técnicamente, sin embargo, no ganó, ya que los delitos fueron declarados como prescritos.