Empieza el baile: los socialistas franceses, dispuestos a compromisos temporales con el centro-derecha
Macron empieza con su ronda de partidos en busca de un nuevo primer ministro, tras la moción de censura que se ha llevado por delante a Barnier.
Los socialistas franceses están dispuestos a "compromisos y concesiones recíprocas" con las fuerzas de centro-derecha para formar un Gobierno que debería tener un primer ministro de izquierdas "por una duración limitada" para salir de la crisis política actual.
Esta es la posición presentada este viernes por el primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, en una entrevista a la emisora France Info pocas horas antes de ser recibido por el presidente francés, Emmanuel Macron.
"Estamos obligados a hablar con Macron porque es él quien nombra al primer ministro" pero eso únicamente para establecer con otras fuerzas "un contrato temporal" discutiendo de "todos los temas", ha explicado Faure.
"La urgencia es encontrar soluciones para desbloquear la crisis política, la crisis democrática", ha subrayado el jefe de los socialistas, que asume que ese movimiento se hará sin la participación del partido que constituye la primera fuerza de la coalición de izquierdas, La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.
La razón es que LFI "por ahora se ha autoexcluido porque apuesta por la dimisión del presidente de la República", ya que los miembros de esa formación "han dicho que la solución es que el jefe del Estado se vaya. Pero el jefe del Estado no se va a ir".
Macron intervino ayer por la noche en la televisión para decir que no tiene intención de dimitir, que agotará su mandato que termina en 2027 y criticar el "cinismo" de los que tumbaron al primer ministro conservador, Michel Barnier, con una moción de censura votada por toda la izquierda y por la extrema derecha.
El presidente también anticipó que "en los próximos días" nombrará a un primer ministro al que encargará formar un Gobierno que represente a todas las fuerzas políticas dispuestas a participar y a no censurarlo, excluyendo de entrada a LFI y a la extrema derecha.
Faure, por su parte, ha puntualizado que no quiere un nombramiento ultrarrápido sino "una negociación", y ha recordado que en otros países europeos las negociaciones pueden durar "un mes, dos meses, tres meses".
Ha insistido en que, después de lo ocurrido con Barnier, y teniendo en cuenta los resultados de las legislativas de comienzos del verano, en los que la coalición de izquierdas fue la que obtuvo el mayor número de diputados, pero sin obtener mayoría para gobernar por sí sola, "ahora debe haber un primer ministro de izquierdas, y no un primer ministro de derechas".
Para el líder socialista, se trataría de que las fuerzas que se concertaran sobre ese Gobierno que tendría un mandato temporal, y en el que cree que podrían participar los comunistas y los ecologistas, que tienen una posición diferente de LFI, se comprometerían a no votar una moción de censura en el tiempo que se le fijara.
A cambio de eso, el primer ministro "de izquierdas" se comprometería a no utilizar el dispositivo constitucional del artículo 49.3, que permite evitar el voto parlamentario para adoptar ciertos textos.
Es decir, que todos los textos que el nuevo Ejecutivo sacaría adelante, tendrían que ser objeto de una negociación y de una concertación para obtener una mayoría, y que por tanto sólo saldrían adelante las propuestas para las que hubiera acuerdo de una mayoría suficiente.
Faure es recibido a mediodía por Macron junto a los jefes de los grupos parlamentarios socialistas en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, y en el Senado, Patrick Kanner.
Antes de eso, el presidente francés tenía cita por la mañana con algunos de los principales responsables de los partidos del bloque macronista. Por la tarde, el turno será para dirigentes de Los Republicanos (LR), el partido de Barnier.
Hasta ahora Macron no ha abierto las consultas para nombrar a un nuevo Ejecutivo ni a LFI ni a la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.