El rascacielos fantasma más alto del mundo se convierte en un juguete roto que sonroja a China
Los continuos parones en su construcción y las faltas de ayudas gubernamentales,, según la empresa encargada del proyecto, echaron por tierra el proyecto de edificio de 597 metros de alto.
Si hablamos de megaconstrucciones, el país por excelencia que a todos se nos viene a la mente posiblemente sea el mismo: China. O al menos, eso ocurría hasta hace unos años, cuando la construcción sin freno de los rascacielos más altos, llamativos y luminosos del mundo corría a cargo del gigante asiático.
Pero en los últimos tiempos hemos experimentado el auge de nuevas potencias que le están haciendo sombra, principalmente los países árabes, con Arabia Saudí o Emiratos Árabes a la cabeza.
El país saudita cuenta con numerosos proyectos entre manos, aunque sin duda el más destacado y prometedor es el rascacielos de dos kilómetros de alto que quiere levantar y con él asombrar al mundo entero.
Si hablamos de Emiratos, en Dubai cuentan ya con el gigantesco Burj Khalifa o la torre del reloj más alta del mundo, además de mastodónticos rascacielos, aunque el proyecto estrella del país emiratí no es otro que el de la construcción de la ciudad horizontal (The Line).
Pero de entre todas estas construcciones a lo largo y ancho del mundo, siempre hay algunas que, por alguna razón, quedaron en el ostracismo, olvidadas y sin esperanzas reales de resucitar. Uno de esos ejemplos lo encontramos precisamente en China, donde se encuentra uno de estos rascacielos, el denominado como Goldin Finance 117, también conocido como China 117.
Se trata de un edificio levantado a las afueras de la localidad de Tianjin, y que no se llegó a terminar de construir. En un principio, este megaproyecto de 597 metros de alto pretendía ser el epicentro del Goldin Metropolitan Scheme, un edificio de lujo destinado tanto para los negocios y comercios como para ser un lugar de reunión de los millonarios de todo el mundo.
La localidad china, que cuenta con unos 15 millones de habitantes, es considerado como uno de los puntos neurálgicos y estratégicos del país en lo que se refiere al ámbito comercial.
Los parones continuados, la crisis y el gobierno chino cancelaron el proyecto
La construcción del Goldin Finance 117 se inició en el año 2008, y según la idea inicial, debería estar operativo para el año 2017, pero la llegada de la crisis inmobiliaria en China obligaron a paralizar las obras, que se retomarían meses más tarde. Pero otro contratiempo en el año 2015 provocó un nuevo paro, cuando el edificio ya lucía 115 plantas.
Nuevamente, dos años más tarde se retomaron los trabajos, ya con la estructura construida casi al completo y con el objetivo de que entrara en servicio en el año 2019, aunque de nuevo, ese año se volvieron a parar las obras. Pero esta vez sería definitivo.
Así, el mastodóntico edificio luce casi completo, con más de tres cuartos de la fachada terminada pero con claras evidencias de un trabajo a medio hacer. De hecho, de las 128 plantas que en un inicio iban a formar parte del rascacielos, 'tan solo' hay 115 levantadas.
Según la empresa, la falta de ayuda por parte del gobierno, así como de financiación obligaron a los constructores a dejar el trabajo a medias y no poder culminar el que se habría convertido, en su día, en el rascacielos más alto del mundo.