El mayor sindicato de Argentina llama a la huelga general contra los recortes de Milei
La CGT anuncia la movilización para enero de 2024, un día antes de que se vote en el Parlamento la polémica ley ómnibus que podría dar "súperpoderes" al presidente.
El rechazo a las profundas reformas impulsadas por el presidente de Argentina, Javier Milei, y su pretensión de contar con "súperpoderes" para gobernar se ha acentuado con la convocatoria de una huelga general el 24 de enero de 2024, un día antes de la fecha en la que el Ejecutivo pretende que el Parlamento vote su polémico paquete de reformas.
La Confederación General del Trabajo (CGT), de corte peronista y el mayor sindicato de Argentina, no lanzaba una medida de este tipo desde que el conservador Mauricio Macri gobernase el país entre 2015 y 2019. Lo hace también, un día después de movilizar a unas 8.000 personas en las calles de Buenos Aires para protestar contra el decreto que desregula la economía y que entrará en vigor este viernes, siete días después de que el Gobierno ultraderechista de Javier Milei lo firmase.
A este decreto se ha sumado este miércoles el envío al Parlamento de un proyecto de ley del Ejecutivo por el que se declara la emergencia pública en Argentina hasta finales de 2025 -prorrogable por otros dos años-, período en que se delegan al presidente amplias facultades legislativas en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social.
"Si se le da la suma del poder público a un presidente, más allá de los votos que haya sacado, por dos años y los puede renovar por otros dos años, vamos a estar ante una circunstancia en la que un presidente va a tener todo su mandato con la suma del poder público y no se respetan las instituciones", advirtió en rueda de prensa Héctor Daer, secretario general de la CGT, para quien la pretensión gubernamental va contra los derechos individuales y colectivos.
El proyecto de ley incluye, entre otros puntos, una reforma de la normativa electoral, cambios en el Código Penal para controlar las manifestaciones callejeras, una flexibilización laboral y facultades al Ejecutivo para privatizar 41 empresas públicas y tomar deuda pública.
La iniciativa gubernamental también la rechazan los movimientos sociales, que este jueves cortaron parcialmente una carretera en la periferia oeste de Buenos Aires como medida de protesta. "La movilización es una clara pelea contra la reinstalación del modelo neoliberal conservador en su versión más cruel", apuntó el dirigente social Luis D'Elía, de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat, una de las convocantes a la protesta.
La cruzada contra los planes de Milei, quien asumió la Presidencia argentina el pasado 10 de diciembre y ya puso en marcha un plan de "shock" de duro ajuste fiscal en medio de un complejo escenario económico y social, también se libra en la Justicia.
En el Parlamento también hay álgidas reacciones al decreto y el proyecto de ley, rechazados de plano por el frente peronista Unión por la Patria y por las fuerzas de izquierda, mientras que son eje de debate en otras fuerzas, como la Unión Cívica Radical.
"Hay gente que todavía no quiere cambiar. En este mes que tenemos por delante en el camino legislativo veremos quiénes son los que se oponen", dijo este jueves en rueda de prensa el portavoz del Gobierno, Manuel Adorni.
La formación de ultraderecha La Libertad Avanza, de Milei, tiene una mínima representación en el Congreso y contaría de momento con el apoyo de Propuesta Republicana, el partido de Macri, un aliado del presidente libertario y clave en su elección como presidente de Argentina.
Más allá de su contenido, el proyecto de ley plantea un desafío por su forma y su volumen: 664 artículos en diez capítulos de los más variados temas que el Gobierno pretende que se analicen en pocas semanas y solo en cuatro comisiones, cuando en un trámite normal pasaría por una veintena de comisiones y su tratamiento demoraría meses.