El gigante británico acaba con Rusia y su socio dejando atrás un negocio de 600 millones de euros
Unilever ha vendido su filial rusa al fabricante local de perfumes y productos para el hogar Arnest Group.
Cada vez son más las empresas que se desvinculan de Rusia. El grupo anglo holandés de productos de consumo Unilever ha vendido su filial rusa al fabricante local de perfumes y productos para el hogar Arnest Group, según ha confirmado la multinacional, que pone así fin a su presencia en el país.
Si bien las empresas no han desvelado los detalles económicos de la transacción, fuentes próximas a la operación indicaron a Financial Times que el acuerdo se cerró en 520 millones de euros. "La venta incluye todos los negocios de Unilever en Rusia y sus cuatro fábricas en el país. Nuestro negocio en Bielorrusia también está incluido en la venta", ha confirmado el consejero delegado de Unilever, Hein Schumacher.
"Durante el año pasado, hemos estado preparando cuidadosamente el negocio de Unilever Rusia para una posible venta. Este trabajo ha sido muy complejo y ha implicado separar las plataformas de TI y las cadenas de suministro, así como migrar las marcas al alfabeto cirílico", ha explicado.
Arnest ha cooperado durante 17 años con Unilever, presente en Rusia desde 1991 y con unos 3.000 empleados en el país, donde contaba con cuatro grandes centros de producción, según informa Interfax. El negocio ruso representó en 2022 el 1,4% de la facturación de todo el grupo Unilever y el 2% del beneficio neto. A finales de 2022, la multinacional estimó el valor de los activos rusos en 900 millones de euros.
Sin embargo, a finales de 2023, la participación del negocio ruso había disminuido al 1% de la facturación y el beneficio neto del grupo, mientras que la valoración de los activos se redujo a 600 millones de euros.
No es la primera compra de Arnest
En agosto de 2023, el Grupo Arnest compró también la operación de Heineken. Lo hizo por el módico precio de 1 euro, incurriendo así en una pérdida acumulada total esperada de 300 millones de euros. De esta forma, Arnest adquirió la propiedad de los activos en el país de Heineken plantas de producción y se hizo cargo de los 1.800 empleados de la compañía en Rusia, a quienes ofreció garantías de empleo para los próximos tres años.
"Si bien tomó mucho más tiempo de lo que esperábamos, esta transacción asegura los medios de vida de nuestros empleados y nos permite salir del país de manera responsable", aseguró Dolf van den Brinl, presidente y consejero delegado de Heineken.