El frente económico de la guerra: cómo nos puede afectar el conflicto entre Israel y Hamás
Especialistas en finanzas internacionales debaten en El HuffPost las implicaciones de un enfrentamiento que dispararía sus consecuencias si Irán entra en juego.
100 horas de muerte y de incertidumbre. El ataque terrorista masivo de Hamás en territorio israelí burlando la otrora inexpugnable defensa judía junto a la posterior respuesta de Israel contra Gaza han abierto una nueva dimensión en una guerra de décadas. Y, entre bombas e incursiones, van camino de un panorama económico cuyos primeros efectos empiezan a notarse.
Lo que ya supone y lo que puede llegar a suponer a nivel macroeconómico y al bolsillo de los ciudadanos es una cuestión que genera controversia. Los expertos consultados por El HuffPost debaten en torno a las consecuencias de un renovado frente bélico que, en eso sí coinciden, ha puesto "nerviosos" a los mercados internacionales.
El primero en sentirlo ha sido un sector clave —más aún en Oriente Próximo y alrededores—, el petróleo. "Evidentemente, el efecto inicial va a ser el encarecimiento de la gasolina después de un tiempo con el petróleo a la baja", comienza exponiendo Carlos Tordesillas, profesor de Finanzas Internacionales de Comillas ICADE. No se queda ahí y apunta a "una elevación de los gastos de producción y los costes finales, porque ya sabemos que las grandes alimentarias traducen esto en una subida del precio de venta".
"Aún estamos lejos, pero el gran riesgo es que la subida no frene y pasemos de la barrera 'psicológica' de los 100 dólares por barril de crudo Brent, que eso sí llevaría a un incremento de la inflación mundial", añade Christophe Canler, docente de la Universidad Carlemany. En su exposición cita las palabras del FMI alertando de un escenario similar. "Este martes lo han dicho, que si el precio de la gasolina subía un 10% la inflación podría repuntar otro 0,4% a nivel global. Eso significaría más subida de tipos, más intereses...", advierte.
Más problemas, en resumen. Un cálculo pesimista al que intenta poner freno Víctor Burguete, investigador senior del CIDOB. Este especialista en geopolítica global y seguridad del think tank de Barcelona considera que, por ahora, la relevancia y la "preocupación de los inversores" es "limitada".
Recalca ese 'por ahora'. Estima que si no cambian las circunstancias actuales —un enfrentamiento directo entre Israel y Hamás— "no hay una gran excusa desde el punto de vista geopolítico para notar un gran incremento en la cesta de la compra". "Luego cada supermercado hará lo que quiera y dirá lo que quiera, pero no se me ocurre un producto que exporte Gaza a la UE y los que sí exporta Israel no tendrían que marcar un efecto en la compra básica diaria", expone.
Su colega de Comillas ICADE prevé otro escenario, hasta el punto de hablar de "una noticia muy mala para nosotros que, si no cambia nada, podemos empezar a notar pronto". Para Tordesillas, en un mercado tan globalizado como el de las cadenas de suministro, "un conflicto en Israel y Oriente Próximo no es en una zona cualquiera ni en un país cualquiera, es algo que nos toca".
Irán y el Estrecho de Ormuz, la clave de todo
"Nerviosismo" hay; es algo que ni los especialistas consultados por El HuffPost ni otros analistas esconden. Como tampoco que las consecuencias se multiplicarían si entrase en juego la gran 'x' de esta ecuación geopolítica: Irán.
"Es el elemento que cambiaría todo el escenario", expone Burguete. Se refiere al papel del régimen de Teherán como potencia petrolera, su capacidad nuclear, su rol colaboracionista con Hamás y especialmente su estratégica posición geográfica, con control sobre el Estrecho de Ormuz, un punto clave en el transporte de mercancías.
A su reflexión se suma Christophe Canler. "Tocar Irán, aunque fuese con sanciones internacionales podría conllevar un contraataque inmediato con un bloqueo marítimo y esto obligaría a modificar de urgencia el mercado petrolero, con un impacto real y rápido en nuestras facturas".
Un extremo "posible, pero difícil", tal y como retoma el investigador del CIDOB, que alega "haber poco espacio para nuevas sanciones a Irán". "Pero la cuestión del Estrecho de Ormuz es recurrente y sale en cada enfrentamiento con Irán, lo que obliga a ser cauteloso con cualquier decisión".
Diferencias medio siglo después
Caprichos del calendario, la región vuelve a oscurecerse entre misiles y balas 50 años después de la Guerra del Yom Kipur, un conflicto tan breve como trágico que aunó un reguero de muertes y una crisis mundial. Exactamente 50 años, porque aquel frente se abrió un 6 de octubre. Eran otros tiempos, especialmente en una Europa aún "muy dependiente" de la región en guerra.
"El escenario de 2023 es muy diferente al de 1973", tranquiliza Canler. "Entonces hubo una alianza árabe contra Israel y eso dio lugar a un bloqueo enorme en un momento en el que Occidente era muy dependiente del petróleo de Oriente Medio. Ahora la demanda está muy diversificada y el efecto sería menor. Arabia Saudí, por ejemplo, ya ha dicho que abrirían los grifos del petróleo si hace falta".
Así, el profesor de la Universidad Carlemany incluso se atreve a perfilar quién sería el gran beneficiado en caso de crisis petrolífera. "Sería grave en Oriente Medio, tocaría a China y también a Europa, con diferencias entre sus estados, porque dañaría más a Alemania que a España por su mayor independencia... pero a quien beneficiaría es a EEUU. No descarto que salga reforzado por su poderío energético y su capacidad de convertirse en ‘economía refugio’ de inversiones".
A dicha idea se remite Carlos Tordesillas para poner sobre la mesa el posible beneficio para Washington en todo este caos. "Los inversores ante una situación de inestabilidad se van a los llamados ‘activos refugio’, véase el oro, que es el elemento por antonomasia. Y la única divisa en la que se puede comprar oro es el dólar, por lo que se espera un aumento en la valoración del dólar".
¿Esto puede dañar al euro y a la economía española?, le preguntamos. Rápidamente lo descarta. "No tendría por qué. El euro no es dependiente de ninguno de los dos lados y lo mismo pasa con España como país, que no se ha posicionado claramente hacia ningún bando".
Tampoco ve peligro en el horizonte Burguete, puesto que "lo que más nos importa es el petróleo y en ello no creo que notemos un efecto real en el día a día". Pero, remata este, todo está tan en el aire que un pequeño movimiento "puede cambiarlo todo".
Y eso, en terminología actual, supondría abrir 'otra pantalla'.