El exnegociador de la UE sobre el Brexit, Michel Barnier, nuevo primer ministro de Francia

El exnegociador de la UE sobre el Brexit, Michel Barnier, nuevo primer ministro de Francia

El antiguo comisario, conservador, se queda con el cargo pese a que la coalición de izquierdas fue la que ganó las elecciones legislativas hace dos meses. 

Michel Barnier, en marzo de 2019, durante una visita a Polonia.Mateusz Wlodarczyk / NurPhoto via Getty Images

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha nombrado a Michel Barnier como primer ministro del país. Barnier, nacido en 1951 en La Tronche, Francia, ha sido durante décadas uno de los políticos más influyentes de la escena europea. Miembro de Los Republicanos, el partido de la derecha clásica del país hundido en los últimos años, tiene un perfil europeísta como pocos, porque ha sido comisario en Bruselas. Allí ha demostrado que es un hábil negociador y diplomático, hasta el punto de ser el elegido como mediador entre Europa y Reino Unido en pleno Brexit. 

Va a necesitar de todo su poder de conciliar y dialogar, porque su nombramiento viene sumido en una marejada importante. Y es que no es su fuerza, sino el bloque de izquierdas, el Nuevo Frente Popular, quien ganó las elecciones legislativas de julio pasado con 182 diputados, unos comicios adelantados por Macron porque quería cortocircuitar a los ultraderechistas de la Agrupación Nacional que lidera Marine Le Pen y que acababa de ser la fuerza más votada en las elecciones europeas. 

El nombramiento de primer ministro estuvo parado varias semanas por respeto a toda la programación institucional de los Juegos Olímpicos de París y se retomó la pasada semana, con un primer rechazo del liberal Macron a la candidata de la izquierda, Lucie Castets. Los progresistas salieron a la calle, protestaron contra la decisión y no asistieron a más reuniones. La respuesta de Macron ha sido ir ganándose a otras fuerzas, hasta llegar a la decisión de Barnier. Los Republicanos del nuevo primer ministro, por cierto, no pasaron de 45 diputados en las elecciones de julio, son la cuarta fuerza política del parlamento, aunque se lleven el premio del liderazgo.

El Elíseo ha reconocido en un comunicado que ha sido "un ciclo inédito de consultas" durante el cual Macron, en aras de su "deber constitucional", ha tratado de llegar a un candidato y a un gobierno que logre aunar el mayor número de apoyos posibles en el Parlamento. Barnier está llamado ahora a conformar "un gobierno de agrupación al servicio del país y de los franceses", lo que abre la puerta a la inclusión de miembros de procedencias diversas. 

Un peso pesado

Barnier saltó a la política a los 27 años, cuando fue elegido como el diputado más joven en la Asamblea Nacional Francesa en 1978. Desde entonces, su trayectoria no ha dejado de ascender. Entre los diversos cargos que ha ocupado, destacan su labor como ministro de Medio Ambiente, de Asuntos Europeos y de Asuntos Exteriores de Francia. Estos puestos le permitieron consolidar su papel como uno de los defensores más comprometidos de las políticas sostenibles y de integración europea.

Sin embargo, el nombre de Barnier se asoció a nivel internacional principalmente con su rol como negociador jefe del Brexit. En 2016, tras el referéndum en el Reino Unido que determinó su salida de la Unión Europea, Barnier fue designado por la Comisión Europea para liderar las complejas y tensas negociaciones. Durante cinco años, encabezó las conversaciones con Londres, defendiendo los intereses de los 27 Estados miembros y logrando un acuerdo que preservó la unidad del bloque europeo. Su estilo calmado y pragmático le ganó tanto respeto como reconocimiento a nivel mundial.

Más allá del divorcio con Londres, Barnier también tuvo una destacada carrera en las instituciones europeas, donde fue Comisario de Mercado Interior y Servicios de 2010 a 2014. Durante ese periodo, fue responsable de reformas clave en la regulación financiera, impulsadas tras la crisis de 2008, con el objetivo de fortalecer la estabilidad del sistema bancario europeo.

En el ámbito político nacional, Barnier hizo un intento por alcanzar la presidencia de Francia en 2022, presentándose a las primarias del partido Los Republicanos. Aunque no consiguió la candidatura, su campaña se centró en temas sensibles como la soberanía nacional y el control de la inmigración, mostrando una postura más conservadora en comparación con su perfil tradicionalmente europeísta.

A lo largo de su carrera, Michel Barnier ha sido visto como un político listo y moderado, capaz de gestionar situaciones diplomáticas complejas y con una profunda comprensión de las dinámicas tanto francesas como europeas. A sus 73 años, sigue siendo una figura respetada en el escenario político, con un legado marcado por su compromiso con los valores europeos y su capacidad de negociación en momentos críticos.

A los 73 años, se convierte en el primer ministro de más edad de la V República francesa y da la circunstancia de que sucede al más joven, Gabriel Attal, que asumió el cargo a principios de 2024 con 34 años.

Michel Barnier y Pedro Sánchez, reunidos en La Moncloa en 2018.Burak Akbulut / Anadolu Agency / Getty Images

Cómo avanzar sin mayorías

El nuevo primer ministro llega tras casi dos semanas de negociaciones a cara de perro que han tenido muy complicado superar problemas de base que, ahora, también le van a dar dolores de cabeza estando en el cargo. 

El primero ha sido superar una fragmentación inédita en la Asamblea Nacional, que hace que las amenazas de moción de censura cruzadas que han anunciado ya los grupos parlamentarios frente a posibles primeros ministros conviertan su nombramiento en flor de un día. Ningún bloque (ultraderecha, macronismo e izquierda) tiene mayoría ni está cerca de alcanzarla, pero esas amenazas cruzadas hacen imposible por ahora un pacto entre ellos. Sólo parece probable un pacto entre los macronistas y los conservadores, algo que sería insuficiente para controlar la Asamblea Nacional.

Hay que tener en cuenta que el Gobierno de Barnier debería aguantar al menos diez meses, ya que la Constitución francesa impide repetir elecciones legislativas en menos de un año.

El segundo gran obstáculo es que Macron buscaba que el nuevo Ejecutivo no estropee su legado al dar marcha atrás en algunas de las principales políticas que ha aplicado desde que llegó al poder en 2017, sobre todo la polémica reforma de las pensiones del año pasado y una fiscalidad más favorable para el capital y las empresas. Marine Le Pen amenaza entonces con convertirse en presidenta, ante unos liberales desdibujados y que ya no podrán contar con Macron como candidato, por limitación de mandatos. 

Titania
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Santander

Todas esas fuerzas y contrafuerzas van a marcar las semanas por venir del nuevo Ejecutivo, cuyos nombres ahora se tienen que ir conociendo. El jefe Barnier tiene mucho trabajo por delante.