El candidato ultraderechista sobrevive al primer debate de las elecciones en Francia
Jordan Bardella, sometido a los ataques de sus adversarios macronistas y de izquierda, ha cerrado su participación apelando a "no dejarse llevar por el miedo".
Jordan Bardella, el candidato de la extrema derecha a primer ministro en las legislativas francesas, que lidera con amplia ventaja los sondeos, sobrevivió en el primer debate electoral televisado a los ataques de sus adversarios macronistas y de izquierdas.
Sometido a duras críticas, el joven político, artífice de la victoria de su partido en las recientes europeas que motivaron que el presidente, Emmanuel Macron, adelantara las legislativas, se presentó como "el primer ministro del orden, del rigor y la firmeza", frente a dos rivales que estaban obligados a debilitarle por la ventaja que tiene en las encuestas.
Sus adversarios eran el actual jefe del Gobierno, Gabriel Attal, que trata de dar la vuelta a unos sondeos que le sitúan muy por debajo, y al portavoz de la alianza de izquierdas, Manuel Bompard, que tiene algunos puntos que recuperar frente a la ultraderecha.
Bardella fue, a menudo, el blanco de los dardos de los otros dos adversarios, aunque las acusaciones fueron en todos los sentidos, lo que demuestra lo alejados que están los tres bloques que coparán la mayor parte de los escaños en la próxima Asamblea Nacional.
En el terreno económico, Attal acusó a sus dos adversarios de "prometer la Luna" con proposiciones "irrealistas" hechas para "ganar un puñado de votos" pero a las que "tendrían que renunciar" si llegan al poder.
A la izquierda le reprochó unas subidas "insensatas" de impuestos que también tendría que aplicar la extrema derecha si quiere financiar todas sus promesas.
"Bardella propone un mundo en el que no se paga impuesto de la renta hasta los 30, te jubilas a los 60 y, mientras tanto, te bajan los impuestos", ironizó el actual jefe del Gobierno, que defendió la impopular reforma de las pensiones llevada a cabo hace un año por Macron y que generó gran descontento popular.
"No aumentaré impuestos"
"No aumentaré los impuestos y seré el primer ministro de la paz social", señaló el candidato de la extrema derecha, que consideró que su programa económico es "el único que puede acabar con la parálisis del 'macronismo' y frenar "la locura de gasto de la extrema izquierda".
Bompard negó que su propuesta de elevar el salario mínimo e incrementar los impuestos a los ricos vaya a destruir empleo y riqueza y puso el ejemplo de España, donde ha subido un 30 % en los últimos cuatro años, un período en el que se han creado 800.000 empleos.
Agregó que "todos los que ganen menos de 4.000 euros netos al mes pagarán menos impuestos que ahora", pero que "habrá más tasas para el 8 % de la población" más rica, que "actualmente paga proporcionalmente menos que las clases medias".
Roces también en el terreno de la energía, donde Bardella afirmó que acabaría con la eólica en beneficio de la nuclear y Bompard prometió lo contrario, mientras que Attal aseguró que las renovables deben servir de transición hasta la entrada en función de los nuevos reactores atómicos en 2035.
Los principales ataques a Bardella llegaron en el terreno de la inmigración, donde no dudaron en acusarle de "racista" por sus propuestas de recortar las ayudas sociales a los extranjeros y de limitar su entrada en el país.
Roces por la inmigración
"La inmigración zarandea nuestra identidad, nuestra seguridad y el equilibrio de nuestras cuentas", afirmó el candidato ultraderechista, que reiteró su propuesta de denegar la nacionalidad a los hijos de inmigrantes nacidos en suelo francés.
"Uno de cada cuatro franceses tiene un ancestro extranjero", le replicó Bompard, que recordó que el propio Bardella es de origen italiano y al que espetó: "sus ancestros familiares escucharon decir a sus ancestros políticos lo que usted está diciendo ahora".
Al contrario, el portavoz de la izquierda consideró que la inmigración ha dejado en las cuentas del país "10.000 millones de euros anuales en los últimos diez años" y que "en lugar de estigmatizarlos hay que darles las gracias".
Attal, por su parte, atacó el veto que la extrema derecha propone contra las personas con doble nacionalidad en ciertos puestos de la Administración, 3,5 millones, según el actual primer ministro, que señaló que "se ven apestados" por esa propuesta.
"Frente a la inmigración ¿Usted que ha hecho, señor Attal?", replicó Bardella, que señaló que "no hay un solo francés que no tema por su seguridad en la vía pública" y que prometió "mano dura" para "restablecer el orden".
El candidato ultraderechista, al que los sondeos aseguran más de un tercio de los votos en la primera vuelta del próximo domingo y que no renuncia a lograr la mayoría absoluta en la segunda vuelta una semana más tarde, acabó su participación apelando a "no dejarse llevar por el miedo".
Bompard, cuya coalición ronda el 30 % de los votos en la primera vuelta, atizó precisamente el peligro de "perder derechos y tener que abandonar su tierra" al tiempo que pidió "pasar la página del 'macronismo' y evitar un modelo racista".
El actual jefe del Gobierno, cuyo partido supera por poco el 20 % de las intenciones de voto, apeló a la moderación y recordó que el suyo es el único programa que preserva a los franceses de las subidas de impuestos, "asumidas por la izquierda y ocultas por la extrema derecha".